jueves, 21 de junio de 2012

Sobre la universalidad de lo poético.

“LA POESÍA DEBE SER HECHA POR TODOS” – Lautreámont.
                                                                                                     Sobre la universalidad de LO POÉTICO.

Si acaso eso es verdad, si es eso posible, por qué no despierta entonces en todos el espíritu poético? Porque un mundo de prejuicios, supersticiones y mentiras los tiene presos, ahogados. Vivir con contenido poético significa un vivir AUTÉNTICO, lo cual resulta socialmente peligroso. No existe ser humano, por mísero o insignificante que sea, que no albergue en su fondo a un poeta. Hasta los falsos poetas lo contienen! Diferenciamos LO POÉTICO (O LA POÉTICA) de la poesía, género literario. LO POÉTICO (gr.: poíesis) creación del espíritu, del POEMA (gr.: poíema) que es “simplemente lenguaje cargado de significado al máximo grado posible” y cuya función es “mantener la eficacia del lenguaje, tan importante a los fines del pensamiento como en cirugía alejar de los vendajes los bacilos del tétanos”. (Ezra Pound)
Así, LO POÉTICO constituye una cualidad que trasciende los límites de un puro género literario, para convertirse en calificativo que abarca TODOS LOS MODOS DE EXPRESIÓN denominados artísticos y que debe ir más allá, hasta incluir TODO QUEHACER HUMANO, señalando en dichas actividades una particular intención que designaremos como INTENCIÓN POÉTICA. TODO lo que nos rodea está pleno de una poesía que espera ser descubierta y que repercute en nuestro espíritu si está alerta la intención poética.
Lo poético es un ingrediente constante de la realidad. Extraña cosa la poesía, que estando en todo no resulta evidente para todos! Pierre Reverdy afirma: “Mi poesía es el resultado de la aspiración a la realidad absoluta”. Alcanzando la revelación poética se accede a lo que permanece. Es que entre la percepción corriente de la realidad y la percepción poética existe una diferencia de método y de grado. De método, porque en el primer caso tomo posesión de la cosa-ahí (el objeto), mientras que en el segundo me entrego, me proyecto fuera de mí, me despersonalizo, en un anhelo amoroso por captar con mi esencia la esencia universal de la cosa, que es aprehendida sin ser poseída. Y de grado porque, al consubstanciarme con lo inefable, alcanzo un conocimiento subjetivo, íntimo…poético, sí!...que, aunque parezca absurdo, resulta más real y profundo que el denominado conocimiento empírico. Es como comparar la acción de un cazador con su fusil y la de un fotógrafo con su cámara, frente a los seres “sintientes”. Es como comparar el conocimiento de una persona tal como surge de su prontuario policial con el que alienta en quien ama a esa misma persona.
Por el método poético, por un acto de amor, nos remontamos a lo esencial, prescindiendo de toda violencia. El otro camino es destruir para contemplar vísceras.
El que dijo: “Una rosa es una rosa, es una rosa, es una rosa…” sabía con perfecta intensidad QUÉ ES UNA ROSA, aunque desconociera cuántos pétalos está obligada a ostentar esa flor. El conocimiento poético es permanente porque atiende a las esencias; porque permanente no es lo inmóvil, sino LO QUE NO CESA. “Como el carroussel, el amor, el vivir, con su constante llegar, con su eterno partir.”
El conocer poético está vinculado al conocer mágico del niño, participa de la misma substancia adivinatoria que posibilita las primeras concepciones del cosmos a los primitivos y sin las cuales no sería posible ningún conocimiento racional  posterior.
Las modas, los ornatos, los falsos artificios, cubren huecos y tienen el grave inconveniente de ajarse y mostrar, con el paso del tiempo, sus efímeras apariencias deslucidas. Lo poético no envejece, está fuera del tiempo, pertenece a otra categoría, porque descubrió la eternidad que se escondía en el instante.
Hay quien hace bulla para atraer a los pícaros y a los tontos. Lo verdaderamente poético no busca el aplauso: abundan las obras maestras de autor anónimo.
OPTAR por lo poético significa EJERCER LA LIBERTAD de ELEGIR SOPORTAR la carga de la LUCIDEZ de lo Universal y de lo Eterno (con la que resulta bastante incómodo andar por la calle, hay que reconocerlo.) La condición que se exige al candidato es estar dispuesto a VIVIR DE UN MODO AUTÉNTICO. (Para lo cual le convendría llegar antes a saber quién es él mismo, el antiguo gnoti seautón del oráculo de Delfos, nada nuevo.) Se da por sobreentendido que EL AUTÉNTICO despertará la inmediata repulsa del medio social, por definición hipócrita, pues la sola presencia de este personaje vulnera y cuestiona la mentirosa estructura del hormiguero. Por definición no se puede vivir u obrar poéticamente sin padecer la hostilidad del entorno. Y no vale encerrarse en el closet. Se reconoce fácilmente que un auténtico es auténtico porque inexorablemente será UN MALDITO. El reglamento poético le permite serlo de un modo TRANQUILO, sin menoscabo de sus títulos de auténtico/maldito. No es imprescindible que se haga el loquito. (Es más, se ha comprobado que quienes logran mantener la serenidad –cosa nada fácil- es decir, los malditos tranquilos, son los que históricamente mejor han minado las bases de La Trenza Siniestra) Por otra parte, no es necesaria experiencia previa, ni resulta imprescindible saber escribir, pintar, ni siquiera hablar de un modo poético: lo importante es estar PLANTADO POÉTICAMENTE: es decir, jugarse por entero a vivir la plenitud esencial de la condición humana. (Casi nada!)
Vivir poéticamente implica una concepción del mundo distinta de la habitual. Hay quien cree que el alcohol, o las drogas, o la melena…No. Don Miguel de Unamuno le reprochaba amablemente a uno de sus mejores discípulos: “A falta de genio, melena…pero tú!” El aspecto exterior tiene poco que ver con la autenticidad de la conducta poética. Hay quien lo logra A PESAR de ser un alcohólico. Son los menos.
Para vivir poéticamente es necesario comenzar por sumergirse en lo más profundo de uno mismo. Cómo puede ser auténtico quien no conoce su esencia? Es algo así como la meditación. Así que mucho ruido, estridencias disonantes, multitudes bullangueras, no ayudan a concentrarse y DARSE CUENTA. El día que finalmente te veas y comprendas lo que te hicieron los que tanto te querían (…y la que te tenían preparada!) es probable que, con mucha seriedad, exclames a la manera de Paul Valery: “Es necesario intentar vivir”. Habrás trascendido el yo; entrarás en comunión con el mundo. Será la COMPASIÓN. (Pero con pasión, una compasión apasionada, claro.) Sobrevendrá la expansión de la conciencia. Lo trivial no será ya trivial: mirarás todo con tus nuevos ojos. La por momentos deleznable facultad te volverá lúcido de una dimensión oculta hasta entonces. A ese estado Albert Camus lo llamó “El Extranjero”.
No hay otra explicación para lo poético que la creencia en un estado superior de vida para el ser humano. Pero no una vida más allá o más acá de lo real, sino en esta vida bien concreta que vivimos. Aquí, con las patas en el barro! Novalis decía que la poesía está situada en un “mundo superior”, “que está aquí abajo. Nosotros vivimos en él y lo percibimos estrechamente mezclado con la trama terrestre.” Paul Eluard sostuvo hace no demasiadas décadas:           “HAY OTROS MUNDOS…ESTÁN EN ÉSTE!”.
La poesía nos revela que no es un sueño aproximarse a ese estado superior del ser Y ASPIRAR A VIVIR EN ÉL. Y que nadie se imagine que es una evasión. Repito: Aquí, con las patas en el barro! Pues la voz del poeta, al expresarse a sí mismo, es la voz de su tiempo; siempre actual, testigo fiel de su época. “Hombres en su siglo”, los denomina Octavio Paz.
Cuando a Francis Ponge le preguntaron qué era ese misterioso vivir poético, dijo:                     “Es simplemente un modo de vivir feliz.” Humilde y sinceramente me pregunto si acaso “ser feliz” pueda ser otra cosa que ser UNO MISMO; NO SIMULAR SER LO QUE LOS OTROS QUIEREN QUE SEA; SER AUTÉNTICAMENTE LO QUE SOY (porque no puedo ser lo que no soy). La vida es demasiado corta para andar soñando sueños ajenos. En la perdurada voz de Jerry Herman: “Yo soy lo que soy, mi creación y mi destino (…) la vergüenza real es no poder gritar “YO SOY LO QUE SOY”.
El poeta como agente y vínculo de cultura es una antena que capta y traduce el sentir de su hora. Vanguardia de la Humanidad, oye la voz de los mudos e ilumina los ojos sin luz. Herbert Read sostenía que esta acción indirecta era la función social de la poesía. Pues bien, postulo LA ACCIÓN DIRECTA que implica su MERA EXISTENCIA. De otra manera el auténtico no sería un maldito. Por algo es odiado, que quiere decir temido: Si es tótem necesariamente es tabú.
Un mundo sin poesía equivale a decir un mundo sin vida humana. Casi una tautología. El poeta (verbal, músico, plástico, lírico o de sólo conducta) es albacea y curador de los imperecederos valores del espíritu, imprescindibles para el acceso a un estado superior de la especie, donde se destaca su insobornable liderazgo como existencia auténtica de ser libre sin licencia.
CREAR ES CREAR-SE.
Hannah Lilith Migliavacca. Julio 26, 2010.

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