jueves, 12 de julio de 2012

Formación de Hannah Lilith durante los años de infancia.



Formación de Hannah Lilith durante los años de infancia.                                               Nov. 20, 09.

Librepensadores, políglotas, ensalzaban oscuramente la distinción de su origen familiar atribuyéndose una aristocracia intelectual.
Aspiraban, en consecuencia, al internacionalismo cosmopolita, a los refinamientos de una cultura aristocrática, tan mechada de decadentismo como de ideales de justicia social anarquizante y adoraban las glorias del arte.
Filosofía, historia y política (indisolublemente ligadas), idiomas, literatura clásica y moderna, historia del arte, fueron las materias de mi verdadero programa de estudios, estudios apasionados y caóticos como necesariamente los dictan los autodidactas.
Ulises enfrentaba las tormentas de Turner; Polifemo posaba para Murillo; Mozart niño tocaba para Aquiles y Héctor durante una tregua en el sitio de Troya; Goya se esforzaba inútilmente por convencer a Churchill de introducir en Berlín un gigantesco caballo de madera conteniendo la maja desnuda. El tratado de Versalles fue firmado por Clemenceau porque Luis XVI tenía que ir a la guillotina ese mismo día. María Tudor se vistió de rojo para protestar contra la monarquía de su prima e Isabel I se puso tan furiosa que mandó cortar su cabeza. La reina Victoria (mi bisabuela Mary Agnes) hubiese podido repartir pacíficamente el mundo con sus dos sobrinos-nietos y así todo quedaba en familia. Pero un domingo, durante una de esas broncas que solían estallar en medio de las ravioladas, Wilhelm soltó una impertinencia y Victoria le espetó: “Cómo te atreves a hablarle así a tu abuela?!” Y ahí se pudrió todo.
Y no era porque me enseñaran semejante dislate, sino que ya entonces disfrutaba de una arborescente imaginación visual y me encantaba imaginar qué hubiese pasado si… Y aún no cesa, afortunadamente.

lunes, 2 de julio de 2012

ELLAS, sus propias mujeres.



               
 

“The Cellar Fairy”, acrílico 70cm x 50cm.
VOCES ENTREVISTAS:     Conversaciones de Jaqueline Goldberg con creadores y apasionados.
Ellas, sus propias mujeres.                                                                                  25 de agosto de 2007.
Instalada en el sofá de mi apartamento, ataviada con una blusa de flores, empinadas sandalias y joyas de ámbar, su rostro se desliza por esos riscos indescifrables que son las hijas de Eva después de los cincuenta años: equinocciales, míticas, desprovistas de edad y sexo.
De Hannah Lilith Migliavacca, la de ojos de encandilado cobalto, oriunda de Buenos Aires, la Reina del Plata, residenciada en Caracas desde 1991, supe por vez primera cuando la escuché leer sus poemas durante un recital en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
No es Hannah lo que el común entiende monolíticamente por “mujer”, sino que habita el recientemente difundido recodo “transgénero” que,  por desconocimiento, suele echarse en el mismo saco de la transexualidad prequirúrgica y postquirúrgica, el travestismo y la homosexualidad. Ellas se asumen como mujeres, visten como mujeres, piensan como mujeres, pero entre sus muslos se balancean genitales masculinos de los que no les interesa apartarse, aunque no formen parte indispensable de su artillería erótica. Ellas son, cada una desde su desasosegado flanco, un resquicio de libertad, un triunfo sobre el oscurantismo homofóbico del siglo pasado y más actualmente un discurso político andante que abofetea sin restricciones.
¿Qué ímpetu íntimo arroja las señales precisas para que alguien decida desafiar la intemperie de los dogmas sociales? O, más pedestremente: ¿Qué pasos ha necesitado dar una persona anatómicamente masculina para deambular por las calles de una capital vestida de mujer, con la absoluta convicción de que es una mujer?
Hannah es una extranjera, una outsider, pero no en su cuerpo sino en la vastedad de una lucha política que no conoce fronteras. Su feminidad, además de certeza, es la consigna que abre paso a tantas otras transgéneros que pasan a nuestro lado sin que nos percatemos de ello.  Para empezar, cabe la duda de qué vocablos convocar para referirse a ¿ella?, ¿él?
Se denomina transgénero (TG) a una persona que invoca la convicción de que su verdadera identidad genérica corresponde al género opuesto al que evidencia su anatomía genital y como tal se desempeña en los roles y conductas sociales que asume. En los debidos foros se ha convenido el empleo del artículo femenino para individuos de anatomía masculina e identidad femenina: LAS TRANSGÉNEROS. (Inversamente, las mujeres anatómicas con identidad masculina se denominan LOS TRANSGENEROS.) Es decir, se utiliza el artículo de destino, no el de origen.
Hannah es tajante al respecto: “Soy una mujer con pene”. De tal neta manera, en adelante el camino se aligera. Basta con mirarla para convencerse de que frente a nosotros gesticula una fémina. No estamos frente a una “elección de vida”. No se trata de que la persona desee u opte por ser de una determinada manera. Esto es una condición fisiológica. Todas las condiciones intersexuales, incluyendo los trastornos de identidad de género, también llamados disforia de género, son variaciones biológicas en la formación de la sexualidad humana. Lo más actual que sabemos a nivel científico es que durante la gestación el cerebro se desarrolló de un sexo y el resto del cuerpo lo hizo con características del sexo opuesto. De allí la profunda convicción de ser una persona del sexo opuesto al evidenciado por la anatomía genital. No podemos modificar la estructura cerebral. Pero podemos apoyar a la persona a través de tratamientos psicológicos, psicoanalíticos o psiquiátricos, luego a través de la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) y finalmente, a través de la intervención quirúrgica (no siempre imprescindible) para que pueda ver aparecer progresivamente en el espejo a la imagen de quien siempre anheló ser.
“Es que tener un pene bajo la falda a mí no me hace menos mujer…yo soy mujer así, así me acepto y punto. Así que asumiendo mi condición he adoptado un primer y segundo nombre, mientras conservo mi apellido familiar. Mi primer nombre es Hannah, que en hebreo significa Gracia, y Lilith es el segundo, que hace referencia en el folklore judío a una “mujer fatal”, una “devoradora”, la noctámbula, la Reina de la Noche. Relacionar así mi más íntima identidad genérica con tales estandartes espirituales (elegidos a través de mi adulto libre albedrío) constituye para mí otro paso en la construcción de una personalidad monolítica (sin fisuras esquizoides) al apostar plenamente mi existencia a lo que creo y siento. Y por supuesto, nada de closet! Soy mujer full-time y Hannah L. Migliavacca es mi identificación profesional (aunque no legal, desgraciadamente y muy a mi pesar) Entonces, en público y en privado resulto ser una impecable presencia femenina.”
Claro que todo ese “…yo soy mujer así, así me acepto y punto.” No vino gratis sino que es el resultado de un alambicado proceso que se inicia con sus primeros recuerdos de infancia. “Conservo fotografías tempranísimas donde se me ve muy amanerada luciendo una indumentaria demasiado confusiva (en una época que todavía no se había inaugurado el “unisex”). A mi abuela materna, una institutriz inglesa que educaba a los hijos del Embajador Británico de turno y única representante del Eterno Femenino en mi entorno, le pedía que me regalara sus potes de crema Pons vacíos, pero que dejara un poquito para mí. También los labiales terminados…pero no del todo. Me hubiese gustado aprender a tejer como ella, pero pusieron el grito en el cielo. Esta mujer, árida y seca, no sé si sería consciente de cada instancia de mis cambios, pero parecía verlo como una cosa natural, como juegos a los que no había que darles tanta importancia. Las pocas veces que me quedaba por unas horas sola en la casa me probaba los sostenes de mamá…(como todassss!)”
“Cuando era chiquita solía dibujar bonitas mujeres desnudas, lo cual es perfectamente normal a esa edad y muy particularmente si el niño está dotado en ese sentido. Siendo hoy una artista plástico no debería maravillarnos tal precocidad. Sólo que mis chicas lucían grandes penes, si bien a esa edad ya estaba suficientemente informada sobre el tema. Cierta vez mi madre vio esos dibujos pintados con témpera y destacó, sin escándalo alguno, que las mujeres carecían de genitales masculinos. Defendí mi “producción” afirmando que se las veía más lindas así. De todos modos, poco después, un domingo me llevó al Museo de Bellas Artes para mostrarme las grandes obras maestras que mostraban mujeres desnudas “sin atributos agregados”. Me dije, para mis adentros, que el día que fuese capaz de pintar así completaría la apariencia de las bellas damas. (Y cumplí mi promesa!).”
Su familia de origen inglés e italiano se hacía la vista gorda: “Mi familia lo único que hizo fue aceptar, sin ninguna alegría, lo que todos sospechaban que serían los rasgos de mi vida. Con el correr de los años lo temido se hizo factual. Como dice J. Lacan: Sólo hay que esperar lo temido.”
En la Argentina de la infancia de Hannah todo lo que no estaba prohibido era obligatorio; todo lo que se movía se saludaba y lo que no se movía se pintaba. En ese orden fascistoide todos los niños iban a la escuela (obligatoriamente uniformados) y una vez al año debían pasar con cita por Sanidad Escolar, que expedía el Certificado de Salud imprescindible para continuar la escolaridad. Toda anomalía era atendida gratuitamente a través de Odontología, Oftalmología, etc. “A los nueve años el médico clínico que me revisaba observó que mis pechos y caderas se estaban desarrollando contrariamente a las expectativas. Me derivaron a Endocrinología y en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires determinaron que se trataba de un desarreglo hormonal, por lo que, en el mejor espíritu del cientificismo positivista finisecular, decidieron inyectarme hormonas masculinas los lunes, miércoles y viernes, sagradamente. A pesar de ese incesante goteo, mis pechos seguían creciendo de manera inexorable, para desesperación de los endocrinólogos y para delicia de mis vecinitos mayores, quienes los disfrutaban a mansalva. Eran juegos inocentes, puedo asegurar que no éramos conscientes de lo que hacíamos. O, al menos, ese era mi caso. Inventábamos todo lo que se podía hacer a fuerza de puro instinto, como bichitos”.
Hannah tenía relaciones sexuales con muchachos mayores, pero no le gusta hablar de “abuso”, pues para ella se trató siempre de un asunto muy divertido e inocente.
A modo de valiosa ilustración científica: Hannah descubrió hace poco, por pura casualidad, durante el  receso de una conferencia que dictaba en el Celarg, al cambiar impresiones con una médica sexóloga, que probablemente lo que la caracteriza sería lo que el médico J.M. Morris llamó en los años sesenta Síndrome de Feminización Testicular y, en fechas más recientes substituido por el más apropiado y menos estigmatizante término SIA, Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos (hormonas masculinas que producen los testículos). Es decir, eso explicaría por qué su cuerpo tampoco registraba las hormonas que le inyectaban y adoptó algunas características físicas femeninas continuando su marcha inexorable. Un costoso Cariotipo Genético sólo podría ratificar o rectificar la plausible teoría pero no modificaría su realidad cotidiana, con la que se siente muy a gusto porque, como diría en su Buenos Aires querido: “¡Si es tan lindo ser mina!”.
Al llegar la legendaria madrugada de la adolescencia, en la que todo se trastoca y trasmuta, comenzó de manera incipiente a admitir explícitamente sus diferencias con el sexo masculino y sólo mantuvo relaciones homosexuales: todo intento con el otro sexo fue una desilusión mientras se acumulaban preguntas que en esa época no tenían ningún tipo de respuesta, al menos satisfactoria. También se acumulaba una deuda con la vida:
“Me horrorizaba llegar a la vejez sin haberme continuado biológicamente, no me lo iba a perdonar y ya sería irreversible. En aquel entonces tenía una desesperación por los chicos, me encantaban los chiquitos. Alrededor de los 20 años el instinto de procrear fue más vigoroso que todas las batallas ganadas a la represión. Entonces inicié toda una campaña consciente, ridícula, muy patética pero real. Experimenté el esfuerzo sobrehumano de ser hombre y me casé sólo para tener hijos…qué desastre!”
Aunque pesadillezco, el matrimonio duró dieciséis años: “Ocurre que tuve una gran prosperidad económica que creó vínculos de interés. Más que un matrimonio, aquello era una empresa. Hasta que, bueno, las cosas tienen un precio en esta vida. Desgraciadamente, en ese momento, había dos criaturas involucradas. Tuvimos, institucionalmente, dos hijos; en realidad, uno era mío y el otro no. Pero mi hijo más querido fue el que no era mío y tristemente murió a los quince años: una bella persona, me dio, además, muchas más satisfacciones que mi hijo carnal, que salió un desastre y con el que tuve una ruptura total. Hay proyectos que salen fallidos. Ese hijo lo fue. Mi sexualidad fue un tema del que no se habló, pero que nunca fue un misterio. Mientras duró el matrimonio real –los primeros siete años- la fidelidad fue un bastión. No quería interferencias en mi apuesta por la virilidad y no me interesaban las relaciones intrascendentes. Las varias mujeres que ha habido en mi vida no son mujeres muy…mujeres. Son en algún sentido, mayor o menor, mujeres muy masculinas. Me refiero al carácter, no al “rostro y figura”. Mi esposa era infinitamente masculina en cuanto a mujer de empresa. Una Hillary cualquiera. Emprendedora, ejecutiva. Recordando el pasado, diría que era muy masculina en la cama, también. Reconocer que en ese terreno jamás hubo una queja desde allá ni desde acá. Pero era una persona, de las tantas que he conocido, que opina que esas cosas se hacen, pero no se piensan ni se hablan. Sobre todo…no se hablan!”
Con el divorcio ocurrió también la reconquista de la vida. Volvió a la querida Universidad de Bs.As., a la Facultad de Filosofía y Letras –al casarse había abandonado Arquitectura y Urbanismo- debió aprender de nuevo a manejar la ciudad, sobre todo esa subterránea urbe de pesquisas sexuales; montó la Librería Minotauro, que con el correr de los años se convirtió en un antro de poetas, filósofos y pintores en el tradicional barrio anarquista y bohemio de San Juan y Boedo, hogar de Homero Manzi, Cátulo Castillo y los hermanos Lomuto; se incorporó a la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), en aquel entonces clandestina, merced a la dictadura militar que enlutaba a la nación.
“Esa época tuvo lo patético y lo necesario, debo reconocerlo. Un día nos encontramos con la locura de Las Malvinas, en el desesperado intento de los torturadores de escapar hacia adelante, haciendo lo malo, aún peor. Igual, el manotazo de ahogado no les sirvió y a poco cayeron los milicos. Con el triunfo de la culturosa Unión Cívica Radical, se acabó la censura de todo tipo: vino un destape desenfrenado y una sociedad que había estado ferozmente reprimida se largó a loquear de cualquier manera. Hubo una comprensible confusión de valores. En mi caso, no solamente era el destape por la desaparición de la dictadura militar, sino que era también la celebración de la caída de la otra dictadura, la doméstica que yo había padecido: la mía propia. Me quería poner al día con todo lo que no había vivido, como todos, pero yo, al cuadrado. Ese soltarse en mí pasó por la diversidad sexual. Fue una etapa bastante sórdida pero, afortunadamente, sin consecuencias, a pesar de insistentes versiones sobre La Peste Rosa y El Cáncer Gay. No terminábamos de creerlo: pensábamos que eran cuentos de los curas y sus amigos, los defenestrados fascistas vernáculos, envidiosos de nuestra festichona.”
HANNAH COMENZÓ A VESTIRSE DE MUJER muy progresivamente. Primero se zambulló en el glamour de la ropa interior femenina. Más tarde salió a la calle con blusas y accesorios. Luego se depiló, comenzó a maquillarse discretamente y se calzó las sandalias. Las faldas no le gustan, pero por su incomodidad. De todas maneras, hay ocasiones que la comodidad y la practicidad rinden sus banderas a la seducción. Como la infinita mayoría, un día respiró hondo y comenzó a tragar anticonceptivos “a la criolla”. Al anoticiarse sobre las consecuencias que dicho proceder podría acarrearle (un Accidente Cardio-Vascular, o Cardio-Cerebral, o la amputación de un miembro debida a la oclusión arterial por un trombo, etc.) hace años que sigue un Tratamiento de Reemplazo Hormonal (TRH) supervisada por médicos especialistas que controlan la composición de su sangre y muy particularmente su perfil hormonal. Con todo, no le interesa llegar a una metamorfosis genital. Ella asegura estar muy a gusto tanto con las topografías masculinas como con las femeninas que confluyen en su altísima y angulosa humanidad. “Yo NO estoy “encerrada en el cuerpo equivocado”, como acostumbraban decir en la década de los ´60. Soy una unidad psicosomática: no somos dos. Estoy en este cuerpo, que acomodo para qué se parezca a como me siento.” Lo que popular e incorrectamente se llama cirujía de cambio de sexo se denomina correctamente cirugía de afirmación de género, (o VAGINOPLASTIA) debido a que si bien el sexo se corresponde con una configuración anatómicamente genital a nivel macroscópico, también constituye una estructura microscópicamente cromosómica. Los genitales se pueden operar, los cromosomas, no. El SEXO es un hecho físico, el GÉNERO es la percepción de una identidad antroposociocultural. O, para expresarlo más pedestremente: El sexo está entre las piernas pero el género está entre las orejas. Por así decir…
“Verdaderamente, puedo resistir cualquier cosa, menos la tentación! Después de todo soy una Hija de Lilith. ¿O lo van a poner en duda? Mi condición no me ha impedido una formación universitaria. En 1986 fui iniciada en el Buddhismo Zen y en la actualidad continúo mi práctica regular. He militado en organizaciones no gubernamentales comprometidas con la lucha por los Derechos Humanos de la gente GLBT: desde la emblemática CHA, en el lejano Sur, hasta mi independiente colaboración en varias instituciones que he visto nacer y crecer en Caracas.
Desde 1991 resido legalmente en Venezuela donde he diseñado indumentaria femenina para mi propia marca y para otras empresas textiles. He ejercido profesionalmente la Fotografía, medio en el que me especialicé en Arquitectura, Decoración, Aérea e Industrial, alcanzando la categoría “International” de la Professional Photographers of America, con el prestigioso aval de Avecofa (Asociación Venezolana de la Comunidad Fotográfica) tras haberme desempeñado con muchos de los más destacados arquitectos del país. Recibí de la Cristóbal Rojas un reconocimiento honorífico por mi aporte a la Fotografía en Venezuela, con el respaldo de Sutrafos (Sindicato Único de Trabajadores de la Fotografía).
Mi palabra fue requerida en el Celarg, en el Ateneo de Caracas, en el Primer Foro Universitario sobre Diversidad Sexual (UCV), en el Instituto Pedagógico de Caracas y en incontables foros donde se trató la temática de la diversidad sexual, en especial la transgenérica, donde brindé mi “opinión de usuaria” sin hipócritas disimulos. Recientemente expuse por espacio de cuatro horas, convocada por la Sociedad de Psicoanalistas de Caracas, quienes me solicitaron publicar la disertación. Me han entrevistado periódicos de la Capital y del Interior. La revista virtual Kalathos se interesó en mi poesía y en mi cosmovisión. En mi condición de mujer trans el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas me invitó a recitar un ramillete de mis poesías con motivo del Día Internacional de la Mujer.
En el dominio de la Pintura he participado en exposiciones colectivas en Latinoamérica y EE.UU. Hasta diciembre del 2005 disfruté de una beca otorgada por la FAE, que me permitió concretar varios proyectos plásticos postergados. Directo fruto de ese aporte fue mi participación en la muestra “Erótica”(1800 Gallery, CCS, 2005) OCCURRENCES (Sydiart Studio, Chicago, 2005) y Hardcore Gallery, Miami, 2006; Las Miradas de Buddha (Gal. Espacios Abiertos, CCS, 2006) En octubre 2007 monté “Nativa de Alter” en el marco del Primer Encuentro Iberoamericano de Espacios Alternativos. Hasta el 7 de mayo de 2008 estuve a cargo del Taller Abierto de Formación Permanente de Dibujo y Pintura. Pero siempre tengo algunos alumnos de Dibujo y Pintura que se renuevan constantemente.
Decía el inefable J.D. Salinger que la pregunta final y definitoria no es “Tuviste éxito o no?” sino que la verdadera pregunta hacia el final de la carrera será “Colgaste todas tus estrellas? Desarrollaste en tu vida todo tu potencial?” Tengo la profunda convicción que THE BEST IS YET TO COME! No me quiero despedir sin un Grand Finale. (Y te aseguro que lo estoy viendo venir! Aunque lamento que no puedo adelantarte nada…)
Hannah espera que la evolución de los DDHH le conceda el cambio de nombre en los documentos de identidad. Cuenta con la documentación clínica y psicológica que certifica su condición transgenérica de sexo masculino pero de género femenino y los tratamientos a que se ha sometido. Sabe que considerar esa posibilidad al momento de escribir estas líneas constituye un imposible burocrático. Hace tres años ya que una destacada abogada y profesora universitaria ha destruido total e irrevocablemente sus órganos generativos masculinos y ni siquiera consigue que brinden alguna respuesta a su demanda. Dado que el establishment se niega a darle la documentación que pide, su militancia, ese dar la cara como mujer, constituye también una forma de protesta.
El nombre masculino en un documento de identidad en el que aparece la fotografía de una mujer no ha acarreado hasta ahora a Hannah inconvenientes civiles, pero sí malos ratos innecesarios. Hay personas que sonríen, otras se asustan, las más bajan la mirada y se embolsillan la suspicacia. “Si no fuese trágico, sería cómico. Y la tragedia resulta de que quienes me tratan a diario y me consideran respetuosamente como “la Sra. Hannah”, si un día necesitan mi cédula para un trámite específico, no entienden nada o entienden y se horrorizan, salpicándome con su caos, hasta cierto punto comprensible, considerando la formación que recibe el individuo en su casa, en la escuela y en los medios.”
Hannah no oculta el orgullo que le brindan sus senos: “Me han querido obsequiar una implantación. No quise. Esto es natural, todo mío y bien firme.” La aceptación de sí misma no es, de todas maneras, totalmente espontánea. Ha pasado la mitad de sus días en divanes psicoanalíticos y psiquiátricos, hurgando sus meandros. “No hay que engañarse, uno no acepta lo que no sirve. Si uno ha sido eficiente en su desempeño, si se ha probado que sirve, se acepta. Auto aceptarse tiene que ver con la auto estima; bueno…TODO tiene que ver con la auto estima…Mi vida no tiene secretos: tiene pudores.”
También la poesía, esa escritura redentora de la fragilidad del alma, la ha socorrido. Escribe desde la adolescencia y aunque no le ha perseguido la sensualidad de contemplar sus expresiones impresas y encuadernadas, sus textos develan una madurez literaria en la que se evidencia un imaginario netamente femenino. (adjunto “Las noches y la noche”.)
Y acota con su intacto acento porteño: “No creo que un hombre pueda escribir eso, así.”
LA GÉNESIS DE HANNAH LILITH MIGLIAVACCA  estuvo enlutada por el tratamiento con que se quería corregir una desviación que no era tal, así como por amenazas escatológicas, sufrimiento psicológico y desprecio por parte de sus padres. “Se me fue desintegrando sistemáticamente, disminuyéndome, descalificándome de infinitas maneras, constantemente arrostrándome lo que hubiese sido mi valor como hombre frente a mi percepción de mí misma como una mujer “de segunda”. Hace ya muchos años que aprendí a erguirme de ese marasmo de sentimientos de inadecuación y minusvalía. No obstante, soy consciente y debo abiertamente reconocer que el dolor que he experimentado hasta el momento y el que deberé seguir afrontando en el proceso de cotidianamente aceptarme y amarme tal cual soy, llegará a ser el logro mayor de mi vida. Particularmente, cuando toda esta sociedad subdesarrollada a la cual pertenecemos, machismo mediante, ha sido estimulada a execrar toda alteridad en el ámbito sexual o genérico. ¡Como si en todo el infinito universo hubiese dos individuos iguales! CREAR ES CREARSE.”

jueves, 28 de junio de 2012

UN PUENTE UNIDIRECCIONAL?



UN PUENTE UNIDIRECCIONAL.
El Rabino Yeramiel Barilka propone la construcción de un puente unidireccional hacia el Estado de Israel. Es una expresión, por supuesto, una figura del lenguaje.
Bien! Vamos a construir ese “puente unidireccional”, pero quiero saber dónde piensan meter a la totalidad de los Judìos del mundo y qué les van a dar de comer.
“Si no nos apuramos”, en DIEZ o QUINCE años más (NO MÁS) el Estado de Israel habrá dejado de existir, en la muy autorizada opinión de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (que no debe ser muy feliz de semejante aseveración, con lo cual…).
En los primeros años de la década de 1970, un destacado dirigente de la vigorosa colectividad de Buenos Aires, me explicaba personalmente: “A Eretz Israel tienen que ir los que sólo tienen la fuerza de sus brazos. El que encontró un filón en el Galuth, que lo explote y mande los dólares. Que no haga Aliyá!”.
Y durante más de sesenta años el Galuth, con filón o sin él, bombeó divisas para hacer posible el milagro. (Porque no fue a punta de naranjitas que se hizo: eso debe quedar bien claro, de una vez y para siempre!) Y ese aporte se hizo particularmente evidente cada vez que la cosa se puso color hormiga.
Ahora se puso de moda castigar al Galuth, hasta afirmar que el Galuth no existe! (¿) Ahora los religiosos (precisamente ellos, el mismo tipo de gente que se oponía incluso a la mismísima creación del Estado de Israel, porque no se planteaba como un estado teocrático, porque los sionistas no usaban tzitzioth, o vaya usted a saber por qué…) señalan al Galuth, acusándolo de asimilación. Como si esos mismos anacrónicos personajes no estuviesen extendiendo un certificado de defunción anticipado a millones de Judíos en el mundo entero al no redefinir el criterio de la identidad Judía a la luz de los tiempos que corren.
La Identidad Judía en el Galuth, tan cuestionada en nuestros días, debe pasar, necesariamente,  por la identidad de un país soberano, un país institucionalmente organizado. (Hace más de sesenta años que se espera por una Constitución Nacional del Estado de Israel, por ejemplo) El Estado Español, la República Italiana, la República Francesa o el Reino Unido (todos ellos tan próximos y tan diversos en sus concepciones de las instituciones nacionales, aún a pesar de la Unión Europea) no son indiferentes a la suerte que corren sus ciudadanos en el exterior y hace extensiva la doble ciudadanía a los descendientes de sus nacionales por vía materna o paterna,  ignorando el repulsivo concepto del “matrimonio mixto” y no hablar la lengua o profesar la religión de los ancestros no menoscaba sus derechos inalienables emergentes del mero IUS SANGUINIS: No ser cristiana no impidió mi asunción de la ciudadanía Italiana, a pesar de los vergonzantes vínculos de la “Repúbblica” con el estado vaticano.
Ya Pinsker (el nada-menos-que inspirador del nada-menos-que Theodor Herzl) insistía en la necesidad de la Aliyá, ante la futilidad de la asimilación. Así que el tema ni siquiera es nuevo. Pero HOY, en la realidad del Estado de Israel, hay desocupados; se distribuyen miles de kits con el Séder de Pésaj (en buena hora!) a practicantes en estado de indigencia económica que de otra manera no podrían celebrar la trascendental fecha. Decenas de miles de jóvenes que hace cincuenta años hubiesen sido orgullosos kibbutznicks hoy deambulan por las calles de Tel Aviv bebiendo, drogándose y prostituyéndose en el mejor espíritu de “la civilización Occidental y cristiana”. La merma en la inscripción voluntaria al Tzáhal revela la masiva desmoralización de la juventud Sabra. Gente que tuvo el privilegio de NACER en Eretz Israel, emigra! Cómo alguien puede terminar imaginando que es preferible manejar un taxi en New York que ser labrador, obrero o maestro en la tierra de Abraham, Yitzak y Jacob?
Y los desocupados ven venir más olim y, claro, se desesperan: “Encima que éramos pocos, la Bobbe con problemas!”
Mientras, YAHA BIBI, el Berlusconi israelí, ahora dice que “EL IDEAL DE ISRAEL DEBE SER CONVERTIRSE EN UN NUEVO HONG KONG” A mí ese tipo NUNCA me gustó. (Como diría Quino de Martínez de Hoz, con tanta razón!) A nadie le gustaba porque ya lo conocían de “la otra vez”. Por eso no lo votaron y llegó al poder que ahora ocupa merced al anacrónico sistema electoral israelí. EL PUEBLO DE ISRAEL VOTÓ MAYORITARIAMENTE POR LA SEÑORA TZIPI LIVNI. La coalición de los malignos ignoró esa voluntad y LEGALMENTE, MERCED AL ANACRÓNICO SISTEMA ELECTORAL ISRAELÍ, pone en riesgo la propia existencia del Estado de Israel. Me opongo a esa infamia. Y oponerse al régimen de turno en Israel no es oponerse a Israel, ni al Estado de Israel, como pretenden hacerme creer con las amenazas que me hacen llegar. AM ISRAEL JAI, LE OLAM! ©Hannah Lilith Migliavacca. 2011.

lunes, 25 de junio de 2012

COMO UN ABANICO.


COMO UN ABANICO
Esto fue desarrollado a partir de unas palabras de la Sra. Buck, editora de Vogue:

Cuando una es joven y comienza la vertiginosa carrera de la vida, piensa que el amor y el sexo son las dos columnas sobre las que se debe edificar el futuro. Pero cuando los años, los engaños y los desengaños, las separaciones, los divorcios y las muertes se llevaron nuestros sueños, es entonces cuando puedes comprender que el amor y el sexo son placeres del cuerpo, del "corazón" y de la mente, NO herramientas estratégicas para asegurar "lo que vendrá"(porque lo que vendrá, vendrá y no hay quien lo pueda asegurar) Si acaso tienes la fortuna de entenderlo y darte cuenta, entonces sientes que nada está en juego, que te puedes echar de espaldas, relajarte y, anticipando lo que vas a disfrutar, abrirte como un abanico de carne, separando bien las piernas para facilitar el acceso al próximo pasajero.

WIDESPREAD
These lines were inspired following the thread of thought of Ms. Buck, the once Editor of VOGUE magazine.
When you are young and the vertiginous career of life starts, love and sex are pillars you think you will build your future on. But as years, deception and mistakes, partings and divorces and deaths take away your cherished dreams, it's only then when you realise that love and sex are pleasures of the body, the heart and the mind, and not strategic moves to ensure the future (for "what will be, will be" and nothing can "ensure" it) When you understand that nothing is at stake, then you can lie back and relax, anticipating what you are close to enjoy and widespread your legs as a fan of flesh to let the next passenger comfortably in.


A MODO DE INSUFRIBLE PRÓLOGO que algunos considerarán lo mejor de un libro que jamás escribiré.
Cada rara vez que escribo algo donde menciono la evidente intervención de la Señora Diana, Dionne, Artemisa, Marpessa, la arrebatadora, La Diosa Blanca, Leucipa o Epona, la Yegua Blanca, Brigitte, Brígida o Britannia, o cualquier otro de sus cientos de inconfundibles apelativos por los que se la conoce, vuelven los ruegos de que vuelque mi conocimiento y perpetue mi visión de la divina Albion. Y mi invariable respuesta se repite: Innecesario es hacer mal lo que ya está inmejorablemente realizado. Con leer atentamente La Diosa Blanca y Los Mitos Griegos, de Robert Graves (Losada, Buenos Aires), La Rama Dorada, de Sir George Frazer (FCE, México) y los varios capítulos correspondientes al tema en Historia de las Creencias y de las Ideas Religiosas, de Mircea Eliade (4 tomos: Ediciones Cristiandad, Madrid), se alcanzará una perspectiva inmejorable de la trayectoria, atributos y poderes de la divina Alphito, hermana de Apollos. Si la insaciabilidad gnoseológica no se colmara en esos pocos miles de páginas de una muy seria y formal exposición académica, quedan a disposición del goloso otros tantos miles de páginas constituidas por la asequible bibliografía referencial que se incluye en esas mismas obras. Y como cada una de esas referencias bibliográficas originarán otras tantas, a su vez, en una arborescente proliferación, la obra, el corpus así determinado, sólo alcanzará la dimensión que nuestro curioso lector (erudito ya!) decida acotar. Nada que yo pueda brindarle podría aventajar a esa preciosa biblioteca especializada. Como The Night Mare jamás desatiende a quienes con su vehemente dedicación manifiestan su pasión irrefrenable por los temas de Luna, sin posible incredulidad, el estudioso verá aparecer a Selene en los diversos senderos de su vida. (El Dr. Mircea Eliade, en su autobiografía La Prueba del Laberinto, advierte específicamente sobre este “fenómeno”.) Superados los primeros horrores, quizá desee dedicarle el culto consagrado o adorarla con los gestos que le dicte su taquicardia. Para ello dispone de los ritos que hace 13.000 años los indoeuropeos, los hiperbóreos, trajimos desde Asia Central, siempre actualizados, siempre renovados, profusamente facilitados en la Web sin fronteras. (No, La Hermandad del Pentagrama no es una mutual de rockeros.)
Si, no queriendo limitarse a una participación gris en la Corte de La Poderosa, fuese su llamado vocacional-devocional dirigido al rango de los Hacedores, entonces deberá iniciar el esforzado sendero del noviciado en una Escuela de Misterios, donde será instruido e iniciado en los dominios de La Magia Ceremonial. Como ha hecho todo Druida.
Y viene al caso, porque TRANSGENERISMO Y TRANSEXUALIDAD pretende, a partir de mi “opinión de usuaria”, exponer lo que se sabe pero decir también lo que se siente. Eso incluye lo “espiritual”, lo “irracional”, el ciego afán de conectarse, de re-ligarse con el Dáimon, el Ángelos, para recibir su mensaje. Artemisa, Ishtar y Gea tendrán algo que decir en esa comunicación, dada la “core gender identity” de la destinataria de dicho mensaje. Y no cambia la cosa que Apuleyo, en El Asno de Oro, le haga decir a Isis que Ella es La Diosa, de la cual todas las otras son aspectos. Todas las diosas son La Diosa y todos los dioses son El Dios. Y cuando La Diosa y El Dios se unen son El Andrógino Elohim, Ha Shem EJAD.
La profetisa Diotina de Mantinea, curadora, reprochaba a Sócrates que el amor del hombre tenía por objeto apropiado a las mujeres y que la Triple Diosa bien podría haberlo asistido con el Gnoti seautón en sus aspectos físicos, espirituales e intelectuales. Pero Sócrates y los jóvenes elegantes de Atenas no consideraban “fashion” a las antiguallas mitológicas, “la vulgar sabiduría” de los ritos agrícolas y la poesía de los aedos inspirados por las divinidades para cantar sus evocaciones e invocaciones. Detestaban la poesía y desconfiaban de los poetas: así lo explicita Platón, en La República. Las diosas Cibeles e Ishtar preferían ignorar la promiscuidad homosexual que se daba en los atrios de sus templos. “Boys will always be boys!”. Pero la idealización de la homosexualidad era otra cosa: un extravío auténticamente grave. Se trataba del intelecto masculino tratando de hacerse espiritualmente independiente, autosuficiente. Amparados en el límpido razonar (vinculado a Apolo) preferían la Filosofía entre machos a la húmeda Magia femenina que tan bien les hubiese asistido en ese arduo quehacer del conocerse a sí mismos.
Dura cosa es dar coces contra La Señora!
Veamos su fin. Hera, diosa del matrimonio, le proveyó de una esposa de suplicio, quien a su muerte sólo comentó: “Era un buen hombre que traía a su casa más problemas que pan.”
Su muy discutible sistema filosófico arruinó para siempre el tradicional método filosófico griego de los Sofistas y quizás sentó las bases, las condiciones de posibilidad, para la mayor tragedia de la historia de la humanidad: el advenimiento del cristianismo.
La Democracia ateniense en el poder lo encontró culpable de corromper a la juventud. (El auténtico reconcomio provenía de ser opositor al partido de la Democracia; era Aristócrata.) Condenado a beber la cicuta rechazó la fácil evasión orquestada por sus discípulos por lo que su ejecución puede considerarse prácticamente un suicidio.
Whitehead, en su Historia de la Filosofía, comenta que Jesús y Sócrates se suicidan cuando comprenden el desastre irreversible que han consumado.
La cicuta, arbusto venenoso de flores blancas, con que fue ejecutado Sócrates, según la tabla de correspondencias, está consagrada a Hécate.
Le fue mal, pobre.
©Hannah Lilith Migliavacca, en Caracas, a 13 de junio de 2012, con Luna menguante pero en fiel esperanza del MidSummer Night del próximo 24, Janus Bifronte, Señor de las Puertas, los Puertos y los Poros, LITHA de los Celtas, de Géminis a Cáncer, de Aire a Agua, Solsticio de Verano, al fin…Djanus Bifronte, al pararse ante una puerta, entrando o saliendo, INICIA, en la Noche de San JANUS, un renovado PRESENTE, entre un  pasado que se fue y un futuro que no llegó, entre las dos columnas de las jambas del portal, mirando de dónde viene y adónde va. Djun-Pater, Juppiter, Señor de los ORIFICIOS (donde se intercambian cosas: en poros, puertas y puertos; donde PASAN cosas, cosas que van, cosas que vienen, cosas excitantes, cosas importantes!) La Señora Diana, con astucia femenina, se reserva el dominio sobre los goznes y las cerraduras… (y de qué te sirve una puerta si no gira, si no tienes la llave? Ay!) A Jacques Lacan le fascinaba esto del extraordinario acontecer en los orificios…anos, bocas y vaginas.
“Gloria a Dios, en las Alturas, recogieron las basuras y en mi calle ayer a oscuras y hoy sembrada de bombillos! Y tendieron un cordel y banderas de papel MORADAS, ROJAS Y AMARILLAS…” Viva la República, coño! “Y en la Noche de San Juan cómo reparten su pan, su mujer y su gabán gentes de cien mil raleas…Vamos, subiendo la cuesta, que arriba mi calle se vistió de fiesta!” No desconfíen de los poetas: cantan la verdad y la vida.”Aserrín, aserrán, …
                                 

GANÍMEDES


medes bajándose un Dry Martini en compañía de su raptor para superar el jet lag.

GANIMEDES. (Justificación iconográfica.)

Ganímedes, el hijo del rey Tros (que dio su nombre a Troya) era el joven más hermoso entre los vivientes. Zeus, quien lo deseaba, tomó apariencia de águila para raptarlo mientras cuidaba las cabras de su padre.

Luego, en nombre de Zeus, Hermes regaló a Tros una vid de oro, obra de Hefestos, y dos hermosos caballos en compensación por la pérdida de su hijo, asegurándole, al mismo tiempo, que Ganímedes se había hecho inmortal, estaba exento de las miserias de la vejez y sonreía, con la jarra de oro en la mano, mientras escanciaba el brillante néctar al Padre del Cielo.

Chismes del ambiente mitológico aseguran que Eos (LA AURORA) fue quien primero lo raptó para que fuera su amante y que Zeus se lo quitó. Lo cierto es que fue Zeus quien logró dibujar una sonrisa en su rostro tras ponerlo en "una inmejorable posición". Pero, por otra parte, hay gente envidiosa que no duda en afirmar que Ganímedes oficiaba de barman de toda la Divina Corte y no sólo de Zeus, como se hace constar en los puritanos relatos primitivos.

Fuera como fuese, lo cierto es que Hera "lamentó" (expresión usada en el informe de Cancillería Celestial) el insulto de que habían sido objeto ella y su hija Hebe, hasta entonces coperas de los dioses. Así habrá sido el "lamento" que lo único que consiguió fue irritar a Zeus, al punto de decidir "poner la imagen de Ganímedes entre las estrellas", como Acuario, el portador del Dry Martini.

El mito de Zeus y Ganímedes consiguió una inmensa popularidad en Grecia y Roma porque proporcionaba una justificación religiosa para… el Dry Martini.

ACUARIO significa el acabamiento de un ciclo por destrucción de la fuerza de cohesión que mantenía ligados a sus componentes, con lo cual retornan a  AKASHA, disolvente universal, que corresponde a Piscis.

ACUARIO simboliza el principio de disolución y descomposición de las formas, la proximidad inmediata de la liberación por la destrucción de lo meramente fenoménico, el retorno a la unidad de los elementos antes individualizados y temporalmente dotados de existencia escindida.

En tanto ACUARIO está regido por Saturno y Urano. ("Tu es très sensuelle, très jolie, très ...sensible!") En tanto AIRE, está regido por Saturno y Mercurio, que otorga "Inteligencia Natural". ("Tu es vraiment merveilleuse !")

Durante demasiado tiempo tuve a L´Etoille como lábaro del Sendero 28 (que vincula a Yesod con Netzah, en un todo de acuerdo con su número XVII y por cordial sugerencia de The Golden Dawn, que consideró que la Estrella Grande era Venus.) Pero Aleister Crowley clama y advierte (Book of the Law) “Todas estas antiguas Letras de mi Libro son correctas, pero TZADDI no es La Estrella.” En efecto, se le asignará la letra He, Ventana, conservando el número XVII, para ilustrar el Sendero 15 (Tiphareth-Jojmá) y Tzaddi, Anzuelo, resultará El Emperador, quien a pesar de su nomenclatura IV, es asignado al sendero 28. Un auténtico enroque ministerial con la silenciosa aquiescencia de Gareth Knight, en la tibia oposición y de tan pálido recuerdo.

VENUS. En sus DOS versiones: Los Griegos la llamaron Hespero ("Kalispéra!"), al anochecer y Fósforo al amanecer (porque Lucifer trae-luz). También Eósforo, porque Morgenstern es la Antorcha de LA AURORA (EOS), (la que abusó del mancebo, pobrecito Gani) El Lucero de la mañana bien simboliza a Dionisos Renacido (DOS veces nacido) alias Baco en Roma nostra.
Nacida de la espuma que se formó al agitar las olas del Mar el semen y la sangre que llovían del cielo, productos de la castración de Urano por Kronos, con una HOZ que fabricó su madre Gea, se la llamó La Diosa Blanca y no ha de ser este el único vínculo fronterizo con la Divina Diana. Los animales totémicos de Afrodita (gr) Protectora de los Huertos, son la paloma y el gorrión, muy prolíficos, y uno de sus vegetales emblemáticos es la palmera. Se la hace hija de Dione, diosa del "roble en que anida la paloma lasciva". (Gea, Selene y Venus –Malkuth, Yesod y Netzah- siempre vinculadas.)
Es La Gran Madre ISHTAR, en Babilonia; ASTARTE en Fenicia, ASHTAROTH en Palestina, INANNA se esconde en los troncos huecos de los árboles sagrados de Persia, recordando sus juveniles días griegos de "paloma lasciva"; allí también la llaman confianzudamente ANAHITA y, cuando nuestros primos Persas, siempre tan interesados en ver qué pasa en HELLAS, venden la franquicia, los griegos se la compran con el nombre de ANAHITIS. En la India será Kali-Durga ( Pobre chica!) Pero los años se comen cualquier pintura y, más matrona la conoceremos como GEA y DEMETER," Diosa de las AGUAS REGENERADORAS","Señora del Renacimiento"  (RE=2) ,"ESTRELLA DE SALVACION, QUE APARECE EN EL ORIENTE"...mmm...ya vamos por ahí...
Israel Oficial no quiere saber nada con este tipo de ídolos foráneos (Avodá Tzará!) y por tres veces la Torah advierte contra esta idolatría (fleischig & milchich!). , lo que no impide que muchas judías se llamen Esther e incluso una dé su nombre a la Meguilá (El Rollo de Esther.)

LA ESTRELLA  es símbolo de Salvación, Protección, Renacimiento. Se la representa amarilla y con OCHO puntas y rodeada por otras siete, blancas y de ocho puntas, también. Además de VENUS, y en tanto Estrella paradigmática, simboliza además a LA ESTRELLA POLAR, (nueva dualidad) y por lo tanto será lícito (u obligatorio, según se mire) representarla con CINCO PUNTAS.
El origen del diseño de las letras se encuentra en la contemplación de las estrellas. Los Latinos vieron en la Estrella Polar la fuente de la letra G. Es por eso que la Estrella Flamígera la inscribe en el pentágono central. (No es por los bellos vocablos que mencionan los Hermanitos: Errare humanum est.) Por algo será que, presumo que antes que los Latinos, los Hebreos vieron a Guimmel, el camello, dibujándose en el mismo lugar.

Así que LA ESTRELLA, que me evoca algún azul, algún violeta, la noche, el vidrio, la transparencia cristalina...(Oh! Cuán MI mundo interior!!!)...
ES ,también, el Pentalfa, el Pentagrama, el Pie de Duende, el Pie de Druida, (Drudenfuss), El Emblema del Reino de Arturo,(ARTHOR, Gran Oso del Norte) La Estrella de los Magos (sí, los tres reyes:..y de todos los otros, plebeyos.) SATURNO en su "cabeza", símbolo de la terna suprema y bien plantada sobre sus “patitas” (JAMAS PERMITAS QUE SE INVIERTA! Los genitales no pueden regir sobre el cerebro ni los Elementos sobre el Espíritu. BLANCO escudo de todo lo limpio, puro, noble por lo que vale la pena vivir, luchar y morir.

En el Reino del Hades hay DOS (2) fuentes:
El Manantial del Olvido, Léthe, en la que sacian su sed los muertos que van llegando para olvidar su vida terrestre, y en la que volverán a beber, antes del regreso, para olvidar lo visto en el mundo subterráneo.  Y
El Manantial del Recuerdo, Mnemósine, la memoria, en la que el iniciado órfico bebe antes de salir del Averno, para no olvidar su experiencia mística cuando regrese.

La figura que vierte sus jarras en el Arcano XVII, sostiene una de plata en su mano izquierda, el olvido, que hace crecer la vegetación, una rama de acacia cuyo verdor persistente simboliza una vida que rehúsa extinguirse. Acaso por lo que cuenta una leyenda que dice que Hiram fue enterrado allí. O una rosa abierta.  Y la otra jarra es de oro, en su derecha, el recuerdo que riega el estanque donde sumerge un pie.
Hay quienes vinculan la constelación de estrellas que se aprecian en esta escena con Las Pléyades,. que en Astrología denotan ceguera parcial o total en ciertas configuraciones.
Jojmáh, Adam Kadmón, el punto de luz, primera creación, más allá de la cual todo es inconcebible, Mercavá adonde nos lleva el Sendero 15, está simbolizado por el Zodíaco, que vemos a través de una VENTANA, nuestra ventanita, nuestra propia visión parcial de aquella enormidad.

Qué abuso! He mezclado Estrellas de cinco, seis, siete, ocho puntas con total impunidad. Es que me atrevo a irrespetar los Símbolos Arquetípicos del Inconsciente? Ganz andere! Todo lo contrario! En Ishtar, Star, Esther, Astarté, Afrodita, Eostre, Innana, Anahit, Itziar veo a Venus, la Estrella del Norte, a Morgenstern, a la Hija del Firmamento y a la Habitante de las Aguas. Y nunca lejos a Diana, Artemisa de Éfeso, Hécate, Perséfone, Nannar, y siempre Luna de las cuatro faces: Niña, Amante, Madre y Abuela, Diosa Madre, su trono flanqueado por sus fieles gatos, cuando no propulsan el carro de guerra de Cibeles, terrible Morrighan de Irlanda, vestirá los atavíos de la Suprema Sacerdotisa, La Emperatriz, La Lujuria que implica la Fuerza y el Eterno Femenino que es la Shejiná, el rostro femenino de la Divinidad. Porque el Eterno Femenino es La Diosa detrás de las Diosas así como el Eterno Masculino es el Dios detrás de todos los Dioses. Hasta que se unen en un solo Dios y son Elohim, el Divino Andrógino. Y Ganímedes, Acuario, la chica de las jarras, que le dicen L´Etoille, precisamente es un Andrógino (como el Arcano XV, que expuse en otro lugar y como la chica que baila desnuda, rodeada de espigas de trigo verde, en el Sendero 32…también!. Vea usted! “A la lucha, a la lucha, que no seremos machos pero sí que somos muchas!”)

Se dice que representa al alma, ligando el espíritu a la materia.

La  aparición de LA ESTRELLA debe ser interpretada como una señal excelente: ESPERANZA, cuando todo se perdió, renacimiento y curación; vida y salvación; regalos y alegría. Nuevas ideas, conceptos, posibilidades. Ayuda inesperada. Entrega de dones espirituales. Intuición del camino que hay que seguir, tras la destrucción de La Torre. Averiguación para una realización (como esta que estoy llevando a cabo para pintar la escena) Inspiración artística.  Quien acoge nuevas propuestas elige nuevos destinos; luminosas perspectivas! 

“Todo hombre y toda mujer es una Estrella.” – Aleister Crowley.

Tutto un mondo da scoprire! Rincominciamo da capo!

©Hannah Lilith Migliavacca               Revised Illustrated Edition, May 22, MMXII.

jueves, 21 de junio de 2012

La increíble y triste historia de la transexual argentina y su gobierno desalmado.


LA INCREÍBLE Y TRISTE HISTORIA DE LA TRANSEXUAL ARGENTINA Y SU GOBIERNO DESALMADO.
Allá por 1956, poco después de la caída de Pérez Jiménez en Venezuela y de Perón en Argentina, cuando el signo de Acuario entibiaba las normalmente frías y húmedas praderas del sector noroeste de las pampas, cerca de una laguna que rompe con su espejo de agua la cruel monotonía de los trigales del sur de la Provincia de Santa Fe y norte de Buenos Aires, se alzaba una taberna. Parada obligada de quienes buscaban un alto en la jornada hacia o desde la localidad de Rojas, centro cerealero de la zona, el humilde establecimiento estaba atendido por un matrimonio.
Les había nacido una criaturita quien, junto con la nota vital de las gaviotas, garzas y patos convocados por la laguna, con sus gracias y lindezas constituía el tema de natural ternura para los circunstanciales viajantes de comercio, quienes al cancelar lo consumido elogiaban las empanadas y los felicitaban por la nenita.
Pero a los padres de Alberto mucho les molestaba la confusión en que incurrían sus aburridos clientes, pero por mera ceguera o por una lamentable negación de la evidencia, no admitían las características físicas y psíquicas de su heredero. Ellos habían traído al mundo a un varón: así lo atestiguaba la correspondiente partida de nacimiento…”¡Qué embromar!”.
Alberto completó  la escuela primaria en su pueblito de nacimiento, donde por ser un personaje conocido pasó tan desapercibido como la localidad, que ni siquiera figura en los mapas. Así que cuando debió comenzar la secundaria debió trasladarse hasta la vecina ciudad de Venado Tuerto. Vecina, pero no tanto, por lo que pronto se volvió ilógico el cotidiano traslado y Alberto fue internado en un establecimiento católico con el propósito de completar sus estudios medios. Pero la pubertad avanzaba gloriosamente y a su paso se hacía más evidente las características que separaban a Alberto de sus compañeritos. Me permito imaginar, que debido a la algarabía que semejante diferencia motivaba, tanto en Alberto como en sus pares, las autoridades del establecimiento decidieron tomar cartas en el asunto y, justo es reconocerlo, lo hicieron con un claro enfoque cientificista: Alberto fue derivado a una junta médica y a una consulta con una psicóloga. Aunque no me consta el fallo de la ciencia, fácilmente lo podemos imaginar, pues “los hermanitos de la caridad” le pidieron que abandonara buenamente la institución, evitando así el amargo trance de una expulsión que enlodaría su impecable trayectoria estudiantil.
Interrumpido de tal manera el lógico y normal curso de su formación, volvió al bodegón de los viejos. En tanto “pueblo chico, infierno grande”, el caserío, a falta de mejor entretenimiento, lo convirtió en el culebrón favorito, elaborando diversas versiones libres del drama homónimo: “¡s´un mostro! ”. Y, lo más triste, pobres brutos al fin de cuentas, también sus padres se sumaron al macabro festín.
A los dieciséis años, sin haber terminado la secundaria, rechazado por los curas del colegio, execrado por las ociosas viejas chupa-cirios del villorrio, repudiado por sus padres, perdido en la inmensidad de la pampa, sólo le quedaba, parafraseando a la canción:
“Andá, tirate al río / en la parte más profunda.
Y después, cuando te hundas, /si querés , podés cantar!”
Pero no. La autoestima de Alberto le sugirió  que quedaba la alternativa de “pensar en grande”. Y, dadas las circunstancias, pensar en grande era sobrevivir. Esperar a mañana. Ya se verá. Este juego se llama “el que se muere pierde”, también denominado “no te voy a dar el gusto”.
Sin conocer a nadie y con muy pocos recursos arrancó para Buenos Aires. Vendía lotería por la calle y (muy importante) asumió su identidad femenina: Comenzó a maquillarse y se dejó el cabello largo. Con el correr del tiempo conoció a un travestido que le ofreció compartir un espectáculo. Fue un inicio. Al poco tiempo cantaba, bailaba, hacía monólogos y diálogos en escena. A pesar de carecer de formación actoral, pero no de talento, a fuerza de voluntad y coraje, se convirtió en toda una profesional. Y como tal consiguió su carnet sindical que lo habilitaba legalmente en el plano laboral, permitiéndole realizar diversas giras por el interior de Argentina y Uruguay.
Todo iba realmente bien, inclusive en lo económico, hasta que, en marzo de 1976, precisamente la noche del día que los militares derrocaron al gobierno constitucional, iniciando el autodenominado Proceso de Reconstrucción Nacional con el beneplácito y la hipócrita bendición de la “santa” iglesia católica argentina (que fue la última, la tristemente célebre “Dictadura”) fue detenida con su compañera de actuación a la salida del cabaret donde se presentaban y cruelmente golpeadas por la policía de la Provincia de Santiago del Estero.
Cuando el comisario a cargo consideró debidamente cumplido el manoseo pateó  a nuestras dos amigas a la vecina Provincia de Córdoba donde, merced a la benéfica brisa de las sierras y el sedante influjo del té  de peperina, asumieron el incidente y decidieron continuar su gira. Pero cuando estaban en Villa Carlos Paz se reiteraron las amenazas. Llegados a este punto de la crónica de los hechos acontecidos vale la pena aclarar que las chicas eran totalmente ajenas a cualquier quehacer de corte político que pudiere motivar las iras de “los salvadores de la patria”. O las de las fuerzas del orden por tratarse de bochincheras escandalosas. O de las “reservas morales“ por comercio sexual o tráfico de estupefacientes. Resultaba evidente que sus lícitos medios de subsistencia provenían de su actuación en locales de esparcimiento nocturno, donde ponían la nota salerosa de un erotismo “diferente”.
Como quien se ha quemado con leche, cuando ve una vaca, llora, Alberto, muy bien aconsejado por los puntapiés recibidos en Santiago del Estero, consideró prudente tomar distancia de estos locos con carnet y hacer sus maletas con destino a la hermana República Oriental del Uruguay. Su compañera, en cambio, sostenía que si uno es inocente no tiene por qué huir, que quien no lo debe no la teme, que la Argentina es el mejor país del mundo y que vale la pena correr cualquier riesgo con tal de quedarse en la tierra que a uno lo vio nacer y otras estupideces por el estilo.
Así que Alberto, fiel a su temprana vocación de continuar respirando, pegó un largo salto sobre el Río de la Plata y aterrizó en la capital de la vecina orilla, donde retomó su actuación durante más de un año. Por los periódicos montevideanos se enteró de la desaparición de diecisiete travesties en pocos meses.
-“Una de ellas fue mi mejor amiga, detenida al salir de trabajar del cabaret cordobés  “Luzbel”. Nunca volvió a vérsela.” Con dolor y con profundo respeto, pero también con mordaz ironía, me permito agregar: Que la inocencia le valga!
Alberto realizó  una corta visita a Buenos Aires, con objeto de tramitar su pasaporte. Durante aquellos días caminábamos rapidito, pegados a la pared y uno recordaba aquellos consejos de las viejas: No hay que hablar con desconocidos en la calle; acostarse tempranito es bueno para el cutis (y alarga la vida, sobre todo!).
Como el miedo no es zonzo, tan pronto como pudo se fue a España, sin recomendación alguna y con sólo cien dólares en la faltriquera. Su único material promocional era su carpeta de recortes y sus fotos: de inmediato fue contratada.
En 1982 cruzó  a Casablanca y aunque Humphey Bogart ya había cerrado el Rick´s American Bar, aprovechó para someterse a la anhelada y temida intervención quirúrgica que la liberó de injustificados apéndices genitales. Semanas después llegaba a París, donde fue contratada por el célebre cabaret Alcázar. Lo que es decir otro triunfo profesional (y apenitas saliendo del quirófano). Aunque en mi modesta opinión, es el que sigue, un triunfo mucho mayor: gestiona y obtiene de la Oficina Francesa de Protección de Refugiados y Apátridas, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, de acuerdo con la Convención de Ginebra, el status de REFUGIADO POR PERSECUSIÓN SEXUAL, constituyéndose en la primera persona a quien se otorga esa figura en el mundo entero.
Con la llegada de la democracia, las elecciones consagran a la Unión Cívica Radical, encabezada por Raúl “mojarra” Alfonsín, para asumir la más alta magistratura de la Argentina. Llega diciembre de 1985 y por una vez, al fin, nos decretamos un “Feliz Año Nuevo”. Pero por ello mismo, el fin de todos los permisos para los refugiados argentinos. Con el objeto de permanecer en territorio galo contrae matrimonio al año siguiente, lo que significó condición de residente por diez años, con permiso para trabajar, pero NO la nacionalidad. En el ´88 se divorció para volverse a casar con otro francés a mediados del ´89. En ese momento Brigitte Carla Gambini obtiene el equivalente a la partida de nacimiento como mujer y documentación de residente con igual condición de género, pero NO tiene derecho a pasaporte francés, por lo que, cuando de atravesar fronteras se trata, debe recurrir al pasaporte argentino, que está extendido a nombre de Alberto Carlos Gambini. Como las leyes argentinas de entonces pertenecían al Quinto Mundo, el cambio de género legal ni se consideraba y, con graciosa displicencia, sólo se concede aceptar la foto carnet actualizada “por cambio de fisonomía”, pero siempre a nombre de Alberto Carlos… lo cual genera los menudos desparramos que son fáciles de imaginar cuando el burococo de turno en cualquier taquilla de inmigración se enfrenta con esta señora llamada Alberto Carlos Gambini.
 
Hannah Lilith Migliavacca.                                                                             Mayo 7, 2010.