jueves, 21 de junio de 2012

Sobre arte en general y pintura en particular.


Mme. Yvonne” acrílico 70cm x 50cm€.  De la serie “El Tango en Caracas.”
 © Hannah L. Migliavacca
Sobre arte en general y pintura en particular.(“A quien le caiga el sayo que se lo ponga.”)
Aristóteles, filósofo griego, [esclavo al servicio de Filipo de Macedonia, como preceptor de su hijo Alejandro, quien con el correr de sus andanzas sería llamado El Grande (Magno)] opinaba:
“La creación artística brota del impulso formador y del deseo de expresión emocional. Esencialmente, la forma del arte es una imitación de la realidad; presenta su espejo a la naturaleza. En el hombre se produce el placer de la imitación que falta, según parece, en los animales inferiores. Con todo, la finalidad del arte consiste en representar, no la apariencia exterior de las cosas sino su interior significado; esto y no el amaneramiento y detalle exterior constituyen su realidad.”
El Zóhar es un libro de referencia indiscutible para una de las escuelas de Kabbaláh e infinitamente respetado por todas las demás. Más allá de los mitos que le quieren prestar mayor antigüedad para incrementar aún más su prestigio, el Zóhar fue redactado por Rabí Moisés de León, en el sur de España, en el 1200, siglo pródigo en estudiosos de la Tradición en la Península Ibérica. Allí se puso por escrito, por vez primera, la Ley Oral (Toráh she be al pe) también denominada Versión Masorética, complemento indispensable de la Ley Escrita (Toráh she bi ketáv) para explicarla y hacerla comprensible. Tal venerable texto nos dice:
“Bocetó, midió y extendió una tela en la que dibujó y convocó a los reyes primigenios. Pero estas formas no perduraron. Y todos esos que estaban inscriptos en la tela recibieron nombres pero no perduraron, pues los dejó y los escondió. Después de un tiempo, no obstante, entró en la tela y se dio forma a sí mismo.   [autorretrato?] 
Y sabemos que, cuando se hizo a la idea de crear, la Toráh (que había estado guardada por 2000 años antes de la creación del mundo) cuando la extrajo, la Toráh de inmediato le habló:
-´Aquel que desea dar forma y que sea efectiva debe primero dar forma a sus propias formas¨.
                                                                                                                              Sefér Ha Zóhar, III , 144ª
Tres padres tiene la pintura contemporánea: Vincent Van Gogh y Paul Gaugin, en el orden que se prefiera; y en el vértice supremo colocamos a Paul Cèzanne. Todos contemporáneos, todos figurativos pero ninguno demasiado. La más grande lección que nos dejó el Maestro Cèzanne es que EL CUADRO SE PINTA SOLO. Dando por sobreentendido que se dispone de los instrumentos técnicos de expresión. O, como explicó alguno: “…porque si sabes nadar y te arrojas al agua…nadas!”
Más demorado resulta el discurso de Pablo Picasso, un tipo de pocas palabras (y muchas pinturas, afortunadamente):
“Cuando compones una pintura, construyes alrededor de líneas de fuerza que te guían en la construcción. Esas líneas de fuerza producen una resonancia que es la que conduce en la dirección en la que vas. Porque, en general, TÚ NO DECIDES ARBITRARIAMENTE POR TI MISMO. El secreto está en no pintar sino lo que se ama. No es cuestión de sensibilidad, de lo que se trata es de obtener el poder tomándolo de la Naturaleza, en lugar de esperar que ella proporcione la información y los buenos consejos. Pintar no es una operación estética, es una forma de Magia ejercida como mediación entre este mundo extraño y hostil y nosotros. Una forma de obtener el poder dándole forma a nuestros terrores tanto como a nuestros deseos. Yo apunto siempre a la semejanza. Un pintor debe observar la Naturaleza, pero nunca confundirla con la pintura. Sólo por signos es traducible en pintura. Pero un signo no se inventa. Para lograr un signo hay que apuntar con todas las fuerzas a la semejanza. Para mí, la surrealidad no es otra cosa que esa profunda semejanza más allá de las formas y los colores bajo los cuales se presentan las cosas. De esta manera el pintor defiende su libertad frente a la Naturaleza. Y eso es lo que lo hace interesante. No es realmente un pintor moderno quien obedece a la Naturaleza. El método es ir más allá de la Naturaleza. “
Tras el fin de la II Guerra Mundial se organizó una exposición de pinturas de escolares británicos en París. Picasso, admirado ante las obras presentadas, habló en la inauguración: “Cuando yo era pequeño pintaba como Rafael. Me llevó toda una vida aprender a pintar como lo hacen estos chicos!”
Pierre Bonnard: “El encanto de una mujer puede revelar muchas cosas a un artista acerca de su arte.”
Joseph Conrad: “Primero se realiza la obra, LUEGO se reflexiona sobre ella.”
Luis Gowland Moreno: “Las prácticas mágicas (…) son el origen y la justificación de las representaciones plásticas.”
Estas notas que he ido reuniendo, tienen por destinatarios a todos aquéllos quienes acuden a mí, ya con la honesta consulta, ya embanderados en la cruzada del “único arte verdadero”, whatever that means. Es por eso que no puedo cerrar estos apuntes sin hacer el aporte de mi propia cosecha, aún con el infinito pudor que me produce agregar mi discurso al de los Inmortales que me precedieron.
Figurativo. Lo importante, lo valioso, es que yo diga cómo veo al mundo. Viendo la (maravillosa) tela de la araña puedo presumir la (magnífica) visión que debe tener un ser dotado de una corona de cuatro pares de ojos, los cuales le dan acceso a una percepción que abarca un entorno de 360º. Es una lástima que la araña no sepa pintar sino sólo tejer su tela. O imaginar lo que ven las aves, quienes teniendo dos ojos, como los humanos, portan uno a cada lado de su cabeza, para que no se produzca la ilusión de perspectiva que les resultaría en  vértigo. A mí, en cambio, no me produce vértigo la ilusión de perspectiva debida a la esfericidad de mis glóbulos oculares situados al frente de mi rostro porque rara vez vuelo tan alto.
Así que pintaré lo que veo a partir de mi fisiología y si en algún momento quiero  experimentar “como sería si…”, me tomaré las libertades inherentes a la línea, al color, a la textura, al tamaño, a las proporciones. Todo a partir de mi naturaleza, mi organicidad, mis medios de percepción y de expresión, canalizados a través de las técnicas, los materiales, las artimañas y demás rebusques que se pongan al alcance de mi curiosidad. CREAR ES CREAR-SE.
Figurativo, antropomórfico, erótico. Estoy en lo figurativo porque “apunto a la semejanza”. Algunas muy pocas veces lo que quiero expresar no tiene semejanza en las figuras de la Naturaleza, y entonces, sin pedirle permiso a nadie, me alejo de la figura. La insistencia en el empleo de la figura antropomórfica se explica puesto que a través de ella me resulta más espontáneo el comentar sobre la condición humana, que es la que me ha tocado en suerte. Y, finalmente, el erotismo es la marca de fábrica de mi producción porque celebro en mi obra el milagro de la Vida.
Además este trabajo figurativo aparece primariamente comprometido no meramente con la figura humana, sino más específicamente con la morfología femenina, pero orientada más al ámbito del poder que al del objeto.
A veces surge una atmósfera surreal, fantástica, no necesariamente buscada. En muchas de mis pinturas se refleja un interés por lo mitológico, lo remotamente ancestral, una especie de folk-lore europeo vinculado a la Magia y la Brujería, que no desdeña expresarse por encima de todas las etiquetas, puesto que opino que las modas pasan pero el estilo perdura. Ya exclama el Tango, en otro sentido pero igualmente válido que “El Tiempo se morfa cualquier pintura.”
Admito que toda esta imaginería está fuertemente inclinada hacia el idealismo implícito en la completud androgénica porque, como dice el paisano, la cabra al monte tira.
Frente al Mundo, la Incógnita del filósofo es “la pregunta por la cosa”: sometido todo a inexorable cambio, qué es eso tan esencial que pueda perdurar ante el incesante mudar. Frente al modelo (físico o mental) se debe sacar de nuestro interior (que es el interior de la Humanidad, Goethe dixit) la respuesta a la pregunta por el modelo. Descubrir esa respuesta no significa contar todo (además, de contar todo no somos capaces) sino que, de acuerdo a nuestro peculiar interés se suprimen muchas cosas, se realzan otras y (esto es lo esencial) lo restante se reúne en una imagen unitaria que no corresponderá al modelo inmediato, sino que da, en lugar de la totalidad real de ese objeto, una evocación ideal del mismo, es decir, el sentido y la significación que le corresponde a partir de una finalidad expositiva determinada.
El sentido último de toda esta ardua labor, como en toda operación teúrgica, es tomar contacto con el Ángelos, el mensajero, a fin de recibir la enseñanza, la iluminación. A eso se refiere Conrad cuando expresa que primero se realiza la obra y sólo después se la interpreta, se reflexiona sobre ella, para leer a la luz del día el mensaje contenido en el sueño que se nos dicta desde la noche del Inconsciente. La Residencia del Ángel es el Inconsciente: Hay que saber lo que realmente se quiere para obrar en consecuencia: “Haz lo que quieres (no lo que quieras…!) ha de ser toda la Ley”, indica Aleister Crowley. Dice un pintor venezolano: “Soy el primer aprendiz de mi taller”. Morimos aprendices: por eso el Maestro Rodin nos exhorta a “extenuarnos en el oficio”.
En estas lides, como en tantas otras la manera más segura de convertirse en enemigo de uno mismo es dejar de ser lo que se es o pretender ser lo que no se es. Ya en mi adolescencia me enseñaron que no había fórmulas seguras para el éxito, pero que había una infalible para el fracaso: TRATA DE AGRADAR A TODOS.
Hay que hacer la pintura que es posible…y amarla!” –Herbert Read.
NOTA: Donde dice Plástico, Artes Plásticas, Artista Plástico, etc. , quien lo desee bien puede leer Visual, Artes Visuales, Artista Visual, etc., que yo no entro en semejantes polémicas bizantinas: Tenemos problemas medulares que atender.

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