jueves, 21 de junio de 2012

JACQUES LACAN. Transexualidad y Psicosis.




JACQUES LACAN, TRANSEXUALISMO Y PSICOSIS.
En el reino de la lingüística estructuralista. Ferdinand de Saussure, eminente lingüista suizo, recopila en su obra “Curso de Lingüística General” (Ed. Losada, Buenos Aires, Argentina) los tres cursos que dictara en la Universidad de Ginebra entre 1906 y 1911. De la vasta colección de conceptos y de las consecuencias o implicancias que dichos conceptos proyectaron en el terreno de la intelectualidad, rescataremos un par de vocablos para los fines de nuestra exposición.
Significante y significado. “Significante” es un vocablo utilizado en semiótica (teoría de los signos) y en semántica (teoría de los significados). Está referido al sonido más o menos articulado, la cadena de fonemas que en una determinada secuencia y en un determinado ámbito conforman una palabra hablada. Ese sonido, claro y distinto, nos conduce al “significado”, que es el concepto antroposociocultural correspondiente al significante.
Como esto es particularmente válido en el ámbito de la lingüística estructural (como opuesta a la Deep Grammar, de Chomsky, por ej.) en el psicoanálisis estructural de Lacan, para quien el inconsciente está estructurado como un lenguaje, los conceptos de significante y significado se tornan particularmente valiosos.
Claro que el Dr. Jaques Lacan se tomó la libertad de ajustar dichas herramientas para sus fines personales: Irónicamente (o quizá medio en broma) afirmaba que, al fin de cuentas, él no era un lingüista, sino un “lingüistero”, queriendo significar con ello que no se sentía en el deber de cuidar la integridad, o el honor “de las joyas de la Corona”.
Así que, a partir de semejante actitud, si para Saussure los significantes eran palabras, para Lacan eran no sólo palabras, sino también objetos, relaciones entre entes: hasta un síntoma puede ser visto como un significante. Un significante es tal si pertenece a la galería de los símbolos de una persona y cada persona tiene en su galería personal, además de los símbolos heredados de su cultura todos los símbolos que haya adquirido, aceptado a lo largo de su existencia. Sólo en este universo de un habla personal y relativamente intransferible puede entonces el significante adquirir un significado, con la salvedad de que el significado al ir encontrándose con “nuevos” significantes, constelará, creará sistemas, mutará, se transformará a partir de semejanzas y divergencias. Se comprende inmediatamente que los significantes tienen significados imposibles de predecir en su azarosa evolución. Esa es la razón por la cual el psicoanalista lacaniano debe estar mucho más atento a los sonidos significantes del discurso del paciente que a los presuntos significados de lo que dice: hay un discurso velado, cargado de verdad, que debe ser decodificado, tras la palabrería bonita y ordenada. El paciente constantemente usará significantes con la pretensión de asignarles “significado de diccionario”. El terapeuta alerta los leerá como significados del inconsciente del paciente.
Como en un cociente matemático, Lacan colocará el significante en el lugar del dividendo, “arriba” y el significado “abajo”, en el sitio asignado al divisor. Como detalle más que estético, decide engrosar “significativamente” la barra horizontal, simbolizando con ello la censura entre el consciente y el inconsciente.
Valga lo dicho como introducción al punto de nuestro particular interés para poderlo entender mejor.
Lacan sostiene que en la psicosis hay una pendiente hacia el transexualismo.
La feminización inducida por algunas formas de psicosis, es un fenómeno clínico confirmado. Pero el transexualismo “en sí” no conlleva síntomas psicóticos en el sentido psiquiátrico del término.
La posición transexual que supone la convicción de ser una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre, y viceversa (NO en el cuerpo “equivocado”) y la voluntad deliberada de hacer lo que fuere por acomodar ese cuerpo a dicha convicción en ausencia de cualquier síntoma psicótico, se diferencia claramente del caso del Presidente Schreber.
En Schreber no hay apego ni estima por su feminidad: al contrario, vivía su transformación como una violencia escandalosa, contraria al orden natural, y si paulatinamente aceptaba acomodar su imagen a la de una mujer, era para someterse a las exigencias divinas: ser objeto del goce de dios a fin de concebir y parir la nueva humanidad es vivido por Schreber COMO UN MARTIROLOGIO, NO CON ALEGRÍA.
Lacan ( en el Seminario AUN: Una cuestión preliminar a cualquier tratamiento posible de la psicosis. ) explica:
“ El deseo de la Madre (ya sea causa de su ausencia o presencia; la razón de sus idas y venidas) es lo que constituye el enigma para el Niño.
Para asegurarse la presencia de esa Madre (de la que depende absolutamente) el Niño debe encontrar la respuesta al enigma. Y también llegar a ser, ocupar el lugar de ese oscuro objeto de deseo, como moneda de cambio para sujetarla, retenerla, evitando su desaparición.
Dicha empresa está destinada al fracaso: el deseo de la Madre pasa de un objeto a otro: SU SIGNIFICACIÓN RESULTA INASIBLE.
En el plano imaginario este abismo simboliza lo insaciable del Deseo (la existencia de ese Deseo insaciable amenaza con la destrucción del Niño, que en vano se ofrecería a saciarlo.)
El Niño plantea una pregunta sin respuesta (DEMANDA NEGADA).
La situación se plantea así:
Análogamente a lo que en Saussure sería:
S   Significante
-= ---------------
s    significado

En Lacan tendremos:

Deseo de la Madre         Nombre del Padre
------------------------  =  ---------------------------------
        Incógnita              Falo (fijación del sentido)
El Nombre del Padre es un significante tan fundamental en la estructura del sujeto que permite la metáfora del Deseo de la Madre en esta concepción del Edipo. Tanto así que su carencia en la batería del sujeto (situación que Lacan denomina FORCLUSIÓN -traducido: proclusión-) determinaría la psicosis.
La carencia del Nombre del Padre quiere decir que el padre no tiene existencia simbólica y NADA en el arsenal de los arquetipos de que disponga el sujeto podrá representarlo.
Tanto la presencia del Nombre del Padre como la proclusión sólo se detectan por sus efectos y no se pueden determinar en el curso del análisis.
Si la Madre es deseante-------------------------------------------------------significa que es carente.
El símbolo de su deseo-------------------------------------------------------------Objeto faltante (Falo).
El portador del Falo, el portador del cetro, el portador del Nombre,
Posee la clave del enigma del Deseo de la Madre,
A la vez que el Objeto de Deseo, por lo tanto
El Niño queda relevado de la carga de satisfacer el Deseo de la Madre.

Lo cual da lugar a la “Angustia normal”. (Sigmund Freud)

Se constituye así un saber cuyo acceso está vedado
( y que se sitúa en el O paterno, a quien se postula biológicamente )
Ese saber se confunde, en parte, con el Inconsciente.
( pero ) si el Niño no acepta ser relevado de la labor de satisfacer esa carencia de la Madre
Y  opta por ocupar el lugar del Objeto de Deseo surge como resultado la psicosis:
SER EL FALO = ( que es una entidad femenina )

Estamos ante la “Angustia patológica”. (Sigmund Freud)

Por DEBER-SER FALO
El paciente se consagrará a volverse una mujer.
Si no puede ser el Falo que le falta a la Madre,
Le queda la opción de ser
La mujer que falta a los hombres.

En el caso del Presidente Schreber, DEBER-SER FALO se confunde con la exigencia de ser
EL OBJETO DEL GOCE DE DIOS.



©Hannah Lilith Migliavacca                                                                                          Junio 2010.

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