jueves, 21 de junio de 2012

Hannah Lilith, una belleza más asida.


 Hannah Lilith: una belleza más asida
                    
 "Hannah Lilith Migliavacca es ciudadana Italiana. Transgénero. Budista practicante. Aboga por causas perdidas. Le apasiona todo lo que no da plata... así está."
José Antonio Parra (JAP): ¿Una realidad posible frente a una ficción imposible o una realidad imposible frente a una ficción posible?

Hannah Miglivacca (HM): Un poeta francés, Paul Eluard, dijo que hay otros mundos pero que están en éste. Yo creo que la realidad que tenemos el privilegio de estar viviendo hoy no es una ironía. Ella nos habla precisamente de la frontera indiscernible entre lo que puede ser la ficción y la realidad. Quizás no gratuitamente somos herederos del Caribe donde se ha gestado y parido el así llamado “realismo mágico”.. Es crucial la representación de la realidad tal cual como la percibimos antes de tal cual es. Esie verde que nos rodea no es verde ni nos rodea, el cielo que nos cubre ni es cielo ni es azul.

JAP: ¿En esta confluencia caleidoscópica de realidades cómo se inserta  Hannah Lilith Migliavacca?

HM: Ah, tú hablas de la condición transgenérica?

JAP: No, hablo en general del fenómeno artista-personaje

HM: Creo que hay un continuum que no se puede escindir. Caigo en el mismo tema de antes, es decir, me cuesta ser coherente con el vocablo unívoco de frontera como límite, también polívocamente me cuesta encontrar las fronteras entre unas realidades y otras. Lo estábamos hablando la semana pasada con un amigo que es budista y gay, él ve su realidad y su militancia, porque no solamente es gay sino también militante, él percibía en mi fenomenología y la de él, una continuidad perfecta entre lo que vive como su obligación autoimpuesta de difundir el budismo y la militancia política en la causa gay. Con los matices insoslayables de lo que es lo personal creo que en mí ocurre exactamente lo mismo; en la medida en que soy cada vez más yo misma sigo a pie juntillas la enseñanza budista de percibir la realidad tal cual es, la “talidad” es una expresión técnica del budismo y no quiero oscurecer el agua para que parezca más profunda. 

María Angélica León (MAL):
 Siento que valoras mucho la razón, la reflexión, el hecho de pensarse y conocerse a sí misma, lo cual va en la línea del ser cada vez más genuina pero, por otra parte, en uno de tus textos aparece la razón como perversión y obstáculo que enturbia y puede dañar o destruir. ¿De qué manera vives el proceso de sobrellevar tensiones como ésta, si en general en ellas uno no coincide con uno mismo, y si tú aspiras a la talidad, a ser cada vez más tú misma?

HM: Años de psicoanálisis no pasan en vano. Somos hijos de nuestro siglo, no podemos negar la incidencia de la razón, pero sin decir nada nuevo pienso que somos mendigos cuando pensamos y genios o reyes cuando soñamos. Si amputáramos toda la dimensión inconsciente, la dimensión de fantasía de nuestras vidas, quedarían unas muy pobres y paupérrimas computadoras orgánicas. Privados de la magia que nos presta el inconsciente, que es la fuente de toda la fantasía en definitiva, no valemos nada. Despreciables robots, descarnados, sin piel. Por eso creo que el ser humano es contradictorio y la conciliación de sus extremos es lo que nos da acceso a la maravilla. No somos todo espíritu, no somos todo cuerpo… tenemos ese mecanismo de escindir el cuerpo por aquí y el alma por allá; deben imbricarse de la misma manera en que se imbrica la urdimbre y la trama en un tejido.

MAL:
 Y en relación con la tensión entre género y sexo…

HM: Pasamos ahora a la parte transgenérica. Noto que en la medida en que me conozco a mí misma, que voy asumiendo cada vez más con mayor intensidad, con mayor plenitud, mi condición de mujer, va aflorando un profundo sentimiento de paz, de tranquilidad, es como si todo se fuera armonizando y acaso se me ocurre en este momento que esa contradicción que tú percibes viene de ese hecho tan asombroso de ser una mujer con pene. El sexo no se cambia, no se transciende esa contradicción con una mera amputación, porque yo creo que las cosas no se cambian con una mera amputación. A nivel cognoscitivo valioso, menciono, la gente generalmente habla de cirugía de reasignación de sexo o de cambio de género Ese es un error conceptual tremendo, sólo se puede hacer una afirmación de género, el sexo no se puede cambiar. Aunque se haga una ablación del sexo que sea y se haga con una felicísima serie de intervenciones quirúrgicas que lleven a conformar la anatomía con la identidad mental o género de quien se somete a esa operación, en realidad el sexo nunca va a ser modificado porque se hayan eliminado los genitales. Genéticamente seguiremos llevando las xx yy que nos correspondan, ésas no podrán ser intervenidas quirúrgicamente. Entonces quien necesite una intervención quirúrgica es muy respetable, en la medida en que pueda ver aparecer en el espejo el ser que uno se sueña, pero cada individuo debe responder al límite de su necesidad íntima. Y en ese caso, repito, sólo se ha afirmado el género, el mismo que siempre fue. De paso, el nombre correcto de esa operación es vaginoplastia…

MAL:
 Por la misma línea, ¿qué sería para ti la integridad?

HM: La integridad sería el andrógino. El andrógino es el ideal hacia el que tiende, en definitiva, la humanidad. Y no estoy hablando de bisexualidad, ni hermafroditismo, estoy hablando de androginia: por qué no tomar lo mejor de cada uno y en una evolución ecléctica, enriquecerse. Tengo un hermoso trabajo escrito sobre ese tema.

JAP:¿Dónde aparece el límite en toda esta evolución?

HM: Tiene mucho que ver con la estética. Quizás por eso allí está la resistencia a la intervención quirúrgica, yo tengo senos naturales, a mí me han preguntado por qué no me he operado, tengo un gran orgullo de tener senos naturales, no tengo que convertirme en una vedette. Una ablación además la vivo como una pérdida y estoy muy orgullosa de mi cuerpo.

JAP: Ha habido un flujo de conciencia en el transcurrir de tu vida que más allá del fenómeno transgenérico se expresa en la propuesta estética, bien sea en la fotografía o en la experiencia literaria. También en pintura, claro.

HM: Se transluce. No puede pasar desapercibida en mi inconsciente una lucha de tantos años, esta lucha que se ha desarrollado y en donde se han alcanzado objetivos bien claros y definidos y que sigue, por ejemplo, en el nivel político que es el que más me apasiona. Cuando digo político no hablo de partidos. Creo que ella está perfectamente translucida en fotografía, en pintura, en dibujo y ni hablar en la parte textual. El otro día Eleonora Requena me preguntaba si mi literatura era masculina o femenina y le leí dos poemas que ella conoce y le pregunté si los habría podido escribir un hombre y me dijo que no.

migliavacca


JAP: Nunca me ha quedado claro el límite entre la literatura masculina o femenina. Ser capaz de afrontar una vivencia de uno u otro lado.

HM: César Tiempo hizo famoso un personaje, una prostituta llamada Clara Better, e hizo un super éxito por entregas de la biografía de ella. El decía que ella no quería dar la cara, que ella no se llamaba así, porque formaba parte del fenómeno de las judías que fueron contrabandeadas contra su voluntad para los prostíbulos de Buenos Aires…

JAP: Cesar el tiempo…

HM: Lacaniano. Él hacía de intermediario, entregaba los textos de Clara Better, hasta que lo apretaron tanto porque la querían conocer y él dijo, Clara Better, soy yo. Ahí tenemos una literatura claramente femenina, las memorias desgarradas de una pobre chica explotada por traficantes, y eso fue escrito por un judío que se identifica con esa vivencia. Imposible no asociar esta anécdota con el celebérrimo “Mme. Bovary c´est moi!”

JAP: ¿Hacia dónde se dirige esta estética dentro del contexto del tiempo? Por ahí apareció el significante de “Cesar el tiempo”, ¿pretendes cesar el tiempo?

HM: No quiero la comodidad del lugar común pero me empujas a la fuerza, siempre he dicho,
parafraseando a Picasso, yo no busco, encuentro, yo no te busqué a ti, te encontré a ti, fue muy fortuito.

JAP: Para salir del lugar común, ¿sería una propuesta fragmentaria?

HM: Yo te podría devolver la pregunta en forma canalla y te podría decir ¿a qué nivel?

JAP: Busco los niveles de coherencia profundos del discurso.

HM: Creo que ellos se dan auténticamente inconscientes. No inventé nada, es el enigma que se cruza en nuestro camino para aclararnos el enigma que somos. Por supuesto que es una aproximación insólita, seguimos en el ámbito del surrealismo, sencillamente porque seguimos en el ámbito del inconsciente. Breton no inventó nada, se sumó a una corriente que tenía por liderazgo el pensamiento psicoanalítico y él le puso su preocupación a la poesía.

JAP: Te descubres ahorita dentro del sueño y estás percibiendo la realidad de la gente cotidiana, de la gente que sigue viviendo mucho más allá de la época en la cual viviste. Si estamos ya muertos y puedes de alguna manera surrealista, mágica, transmitir un mensaje a los que quedan… ¿cuál sería tu mensaje?

HM: Que no hay frontera… No hay frontera entre la vigilia y el sueño, tanto así que Macedonio Fernández dijo y tituló una de sus obras, “No toda vigilia es la de ojos abiertos, hay otras vigilias que se hacen con los ojos cerrados”. Una dificultad que me pasa “¿eso ocurrió esta semana o lo soñé esta semana?” Llegar cada noche a mi cama lo vivo como llegar a una barca de velas desplegadas, ese viento no sé adónde me lleva pero sé que me trae unas riquezas que rara vez encuentro en la vigilia. Tú puedes ir a dormir y despertar en la mañana comprendiendo una cosa que te agobiaba. La maquinaria de la noche no es otra, ni distinta, tiene por misión recuperar el sistema global. El sueño no pasa por otro lado, no es el alma separada del cuerpo. Yo no diría muertos y vivos, digo vivos.

JAP: Paradójicamente estamos vivos mientras estamos muertos. Dentro de este espacio cibernético en que nos encontramos ahorita, esto es La Red, ¿cómo concibes tú el sueño y los niveles de realidad y ficción en él?

HM: Tenemos el privilegio de que a partir del hecho de que contamos con la radio, la televisión, internet, una serie de fenómenos que hasta hace pocos años eran paranormales, hoy son normales. A partir de esa realidad bien concreta del terreno de la cibernética, hoy es mucho más fácil imaginar cosas que hace 200 años eran de visionarios. Somos privilegiados que, no gratuitamente, habitamos la Era de Acuario. Eso no es cuento, son los 2000 años de Acuario que ya están vigentes. Hay otra percepción de la realidad. Y no hace falta ir a consultar a la bruja, (con todo el infinito respeto que siento por las ancestrales Sanadoras) lo tenemos alrededor nuestro a través de todos estos juguetes que nos hablan de que hay una nueva realidad vigente, frente a la eterna naturaleza humana que nos lleva a Irak y todas las miserias que conocemos.

MAL:
 ¿Es realmente posible no saludar a la locura y la muerte?

HM: Eso está perfectamente explicado en el punto rojo .He tenido varios encuentros con ellas, encuentros tramposos porque las invito a tomar el té y las dejo sentadas esperándome, pero algún día ganarán la batalla, mientras tanto, aunque yo sepa que la batalla final está perdida, trataré de ganar cada batalla.

JAP: ¿Cuál de las dos ganará primero la batalla?

HM: Creo que primero la ganará la locura y luego lógicamente la ganará la muerte. Porque es difícil soportar demasiada lucidez.

MAL: 
¿Qué queda o qué empieza a faltar de ese trato con ellas?

HM: La riqueza de la experiencia. Cada encuentro límite tiene que dejar una monedita de oro.

JAP: Sin embargo es muy osado de tu parte hablar del límite entre el mundo del cuerdo y el mundo del loco. ¿Cuál es la diferencia?

HM: Loco es un término muy general. Hablar de loco es como hablar de marico, una frazada que tapa todo indiscerniblemente. Hay distintas especificaciones para la locura. Recuerdo que Dalí decía: “La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco.” Eso en torno al famoso tema de su método paranóico-crítico.

JAP: Por otro lado Foucault habla de “el loco” como un emblema que la sociedad utiliza en tanto recurso defensivo para protegerse de lo que él denuncia…

HM: De la misma manera en que esa sociedad bien burguesa se defiende de lo diverso con el apelativo de marico… que no diferencia nada. El loco es el chivo expiatorio de la sociedad: el que carga las impotencias ajenas, en el ámbito familiar y en el más vasto: “Yo no pude estudiar porque le tenía que llevar la comida a mi hermano, que estaba loco.” O “Todo estaba tan lindo y justo ahí, apareció el loco de Hitler…”

migliavacca4


JAP: ¿Para qué el emblema?

HM: Para estigmatizar, para execrar. No te pueden quemar en la hoguera física. Pero te queman en la hoguera social, o pretenden hacerlo. No nos alcanza porque nos movemos en un archipiélago donde una desventaja puede convertirse en una ventaja. No hay tal orgullo gay. Sé y punto. Si tan orgulloso estás, milita: trabaja, difunde, alerta, ilumina…

JAP: ¿Y el artista personaje y su relación con los medios y las editoriales?

HM: Es como el escritor profesional. Hay que evitar el personaje. El otro día Eleonora Requena me reprochaba por qué no había publicado. Y ¿para qué? Si quieres conocer mi obra la tienes. Estoy llegando a quien quiero llegar; claro, está el aspecto mercantilista de si uno quiere vivir de eso… Yo no, hago lo que quiero hacer con fotografía, con  literatura, con pintura…

JAP: Pero también es un poco contradictorio en el sentido en que tú, hoy en día estás siendo leída en varios medios internacionales…

HM: Fíjate que esa patética imagen del escritor arrastrando su librito de editorial en editorial rogando su publicación de nada valió. Kafka jamás publicó ni una página de sus libros; cuando murió le pidió a su cuñado que quemara todo. Entonces tenemos a Kafka a pesar de Kafka… yo creo que ese riesgo no lo corro y que quede claro que no he trabajado para la trascendencia en este ámbito, quienes me quieren conocer me conocen. Son ustedes mis mejores testigos.

MAL:
 En uno de tus textos te refieres a la pintura, la fotografía y la literatura como evasión ¿son realmente una evasión o más bien un acercamiento, una concreción?

HM: Ahí lo que estaba diciendo es que toda la vida en ese estrato, en esa forma de existencia, constituye una evasión de la realidad tal cual es, porque no me la banco; hay que echar mucho callo en el alma para manejarla con las manos desnudas. Entonces qué haces, o no la ves o la manejas con pinzas. Picasso decía que pintar no es una operación estética, es una forma de Magia, ejercida como mediación entre este mundo extraño y hostil y nosotros: una forma de obtener poder dándole forma a nuestros terrores y a nuestros deseos.

MAL:
 ¿A qué te quieres acercar, que quieres concretar?

HM: No voy buscando tal efecto, no voy rechazando tal efecto. Sucede. En una etapa de mi pintura se imponía la base dura, me irritaba la base dura porque me resultaba muy agobiante ya que antes de depositar la primera pincelada sabía cómo iba a terminar. Se perdía el proceso porque era algo mecánico. Solito eso se fue cayendo. Entonces creo que la clave es no buscar nada y no rechazar, cubrir tus etapas que son mandadas por el inconsciente. A veces el patrón manda y no hay nada que hacer. Somos mendigos; guiados por el que sabe, que esta atrás y arriba. La más grande lección la dice Paul Cèzanne, el padre pictórico de todos nosotros: “El cuadro se pinta solo.” Uno pone el oficio, claro. Pero tú no decides arbitrariamente, por ti mismo. Eres apenas un médium de LO que quiere manifestarse, lo que quiere venir a ser, en el necesario marco del volkgeist y del zeitgeist. Por eso es un mensaje a descifrar! Yo quisiera pintar como…No! “Hay que hacer la pintura posible…y amarla!” según conseja del inmenso Herbert Read

JAP: Y la poética del mundo maravilloso de Hannah

HM: El mundo maravilloso de Hannah es vivir cada día una belleza más asida. En la medida en que Hannah se va adueñando de su propia vida, y lástima que sea un proceso tan largo, surge una plenitud, un sentimiento de paz y felicidad que yo creo que no obedece al hecho puntual de la asunción de Hannah, creo que es una madurez de vida que surge de todos los planos.

JAP: A nivel de coherencia profunda es evidente que estas estructurando un mensaje que va más allá de tu tiempo vital y hace que tu espíritu permanezca y llegue al otro ¿estás consciente de ese punto de vista?

HM: Estoy consciente de esto, quien pinta no pinta para sí, sino para los demás. En el caso de quien escribe es lo mismo. Es una trascendencia.

MAL:
 El hecho de haber tenido la necesidad de pensar sobre tu género y de definirlo, ¿cuánto ha influido o reforzado la fuerte tendencia que pareces tener de hacerte a ti misma o adueñarte de ti misma?

HM: Creo que análogamente a como ocurre con otras minorías, el encuentro adverso con el medio te desarrolla defensas que te hacen característica. Hoy, ya no tanto, pero hace 40 o 50 años, el antisemitismo hacía que los judíos tuvieran una manera muy distinta de ser. Hoy están más asimilados. En la medida en que eres diversa, diferente, sientes un rechazo, que desarrolla características, algunas francamente indeseables y otras no tanto, como por ejemplo, hablando concretamente dentro del género transgénerico, uno puede desarrollar una lucidez especial para ver dónde está el peligro, dónde está el riesgo y buscar, como el agua, un desplazamiento ligero, llevado por tu propio peso.

MAL:
 O sea que ese rechazo ha sido de alguna manera una motivación, un empuje para todo ese proceso interior.

HM: El líquido toma la forma de su continente. El fluido encuentra  el obstáculo y ahí se detiene. El karma del rechazo, del obstáculo, es calarse ese peso muerto del fluido que se acumula merced a su actitud. No le rindo la ganancia…

migliavacca7


JAP: ¿Bajo el signo de Dioniso o de Apolo?

HM: Me haces una pregunta que se llevaría, no diez minutos, sino 10 horas. Recuerda que al final Apolo y Dioniso se reconcilian. No me convence la versión de Nietzsche, quien sostiene que Apolo es absorbido, al final, por Dioniso Más bien, prefiero, bajo el signo de Diana, hermana de Apolo y portadora del arco ella también, del Sol en Apolo y de la luna en Diana señora nuestra.

MAL:
¿Qué es lo puro y virginal en Hannah Lillith?

HM: Podemos empezar por el nombre porque tuve el privilegio de elegirlo yo. Su autoimagen, que está necesariamente asociada a la señora de los felinos, nuestra madre Diana, que ahora llaman María. Yo la venero en ese envase puro y cristalino. Sin duda Artemisa tiene sus aspectos sórdidos, pero yo siempre digo que ésos, se los damos nosotros desde nuestra decadencia. Es como la pureza del romanticismo, se pudre en tanto decadente, pero no en sus ideales de búsqueda de lo trascendental.

MAL:
Es una fortuna haber encontrado de alguna manera tu camino artístico y profesional de la mano de tus amigos? ¿Cómo ha marcado tu vida creativa la compañía de tus amigos?

HM: Desgraciadamente no tiene relación. Lo artístico tiene su propio desarrollo. Es como los pájaros que se unen por la tonada. Se te pega la gente que es afín a ti. En mi constante actitud de no buscar y encontrar me siento cómoda con la gente que está a mi alrededor. Ahora, la amistad en sí, más allá del vaso comunicante que la catalice, la amistad es absolutamente esencial en mi vida como, creo, en la vida de casi todo personaje del Sur. Quizás sea por el clima frío.

MAL:
 Por un lado has hablado de adueñarse de sí y, por otro, hay una fuerte tendencia a permitir que la vida del inconsciente vaya moldeando lo que uno es. ¿Es eso una paradoja?

HM: Vuelves a la pregunta inicial. Esta barca es llevada por el río; yo no pienso empujar al río porque corre solo. Por otra parte, no quiero ir contra la corriente, pero yo tengo mi destino y ahí, tengo el timón y la vela. Entonces, algo pongo para que sea la margen derecha o izquierda, pero el río corre para allá, a veces más angosto, a veces más ancho.

MAL:
 Cuando hablas de adueñarte de ti misma, ¿a qué te refieres?

HM: Al timón y la vela… Y esto te lo digo desde el fondo de mi corazón, espontáneamente y en mis propias palabras, hay que buscar la Iluminación. Busca primero el reino de Dios y su justicia, el resto, por añadidura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario